Sinfonía en Múnich

_{Imagen original: UEFA Champions League}

 

La notas resonaron entre las gradas vacías del Allianz Arena, un sonido familiar, un coro conocido: Una nueva edición de la UEFA Champions League regresaba a Múnich, después de una espera más corta de lo normal, y el campeón defensor, el coloso Bayern, llegaba con ansías de jugar al buen fútbol frente a un aguerrido Atlético de Madrid que en esta ocasión no pasó del papel de pobre víctima ante los locales. Esperaba mucho de este partido y puedo decir que cumplió con creces mis expectativas. El poderoso de Alemania brindó espectáculo, regaló una sinfonía a todos los fanáticos alrededor del mundo y, con una cómoda victoria de cuatro goles contra cero, confirmó que en esta temporada será nuevamente candidato a la orejona.

Desde el momento en el que los veintidós titulares saltaron al campo vimos dos realidades distintas: los de Diego Pablo Simeone se presentaron con seis variantes respecto a su último compromiso, mientras que Hans-Dieter Flick aplicó el clásico 'once que gana, repite', con la excepción del alemán Serge Gnabry, cuya prueba PCR dio positivo a COVID-19 el día previo al compromiso; sin embargo la ausencia de este último no se notó gracias a quien entró en su lugar, Joshua Kimmich, que poco tardó en demostrar las habilidades que lo hacían merecedor de la titularidad, al conceder el pase elevado magistral que se coló entre la línea defensiva de los 'colchoneros' y terminó como asistencia para el allegro, el primer tanto por obra de Kingsley Coman.

 

El director de orquesta

Una sinfonía no puede estar completa sin alguien que la tutele, algo que a veces puede ser difícil de encontrar en una orquesta repleta de estrellas, como lo es la alemana, sin embargo esta vez no hubo duda alguna, el propio Kingsley Coman fue quien vistió con el traje de gala y a los cuarenta y un minutos ya adelantaba a los suyos con dos goles de ventaja, convirtió él mismo la primera de las dianas, como mencioné en el anterior párrafo, y envió un balón cruzado a los pies de Leon Goretzka quién estableció el adagio de esta composición.

Tolisso se encargó de tocar el scherzo y firmar la goleada; y así como subió el telón, Coman, como buen director de orquesta, también lo bajó: tras el pase filtrado de Tomás Müller corrió, cual jaguar en carrera hacia su presa, el balón, y al tenerlo en su control siguió en carrera, desde la mitad del campo hasta la portería de Jan Oblak, recortó y se sacó de encima a Felipe, pero este regresó por la revancha y Kingsley, después otro recorte, dejó en claro que la esférica era de él. Esa jugada, magistral en ejecución,terminó de la forma que tenía que ser: disparo bajo al poste derecho y el grito sagrado de la cuarta anotación retumbó entre los vacíos asientos y corredores del Schlauchboot. Llegó así el rondó, el final de la sinfonía, el Bayern tocó la música que quiso ante el enmudecido Atlético de Madrid del 'Cholo' y compañía, al cual no le quedó de otra más que escuchar la magnifica instrumental bávara.

 

Detalles del partido en SofaScore

 

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