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Ven, vamos a disfrutar de este café mañanero, que sabe a optimismo elcual va a durar todo el día, hasta que en la tardecita nos tomemos el otro del cierre.
Contigo el café tiene un sabor distinto, y una textura a animación y fe en la alegría y el contento.
Una tacita para ti, y una tacita para ti. Sin nada más, porque el café mañanero debe ser así. Solo. Las galletas o la torta o el pan dulce son para un segundo café, pero este primero sabe a nosotros, sabe a nuestras almas y a nuestros corazones.
Un sol naciente con café caliente es lo que deseo siempre al despertar y poder levantarme en la mañana.¡Y contigo!
Ya sabes que el café es uno de los sabores más deliciosos que pueda haber.
Que Dios nos bendiga cada día