Relato: Los recuerdos del ayer

Un disco tocando en un gramófono, el olor del té de la mañana y de los jazmines de la ventana, y el ruido de los automóviles de las afueras de la casa llenaron de nostalgia al viejo Oscar mientras contemplaba el pasar de la gente a través de su ventana.

Sus ojos vieron de todo, desde el estallido de la Segunda Guerra Fría hasta el surgimiento del streaming, pasando por la digitalización del comercio y los desastres naturales cada vez más frecuentes. Él, lo que se le llama un "millenial", ha visto eso y más; ha escuchado muchas cosas, sobre todo en el campo de la música.

¡Ah, la música! La música de su madre, nacida en los 80's. La música de las décadas anteriores a su nacimiento, donde se mostraba que el talento lo era todo para triunfar, donde no era necesario estar semidesnuda para resaltar tu persona. Por supuesto, también amaba la música de su propia época, desde el 2010 en adelante; pero había algo en las canciones de las épocas pasadas que lo llenaban de alegría, de nostalgia, de los recuerdos del ayer.

Era esa música que lo ayudaba a conciliar el sueño en medio de una vida ajetreada; esa música que lo hacía bailar al ritmo y sin importar lo que la gente piense. Podría bailar o cantar al ritmo de Elvis Presley, de Roy Brown, de Areta Franklin, de los Bee Gees, de Jethro Thull, de Eddy Arnold, de Queen, de Apocalyptica, de Epica.

Escuchar esos recuerdos del ayer lo hacían sentirse acompañado en medio de su soledad, haciéndole olvidar por un momento la ausencia de los hijos, a quienes extrañaba mucho cuando no estaban con él.

Los recuerdos del ayer que su madre no vivió pero amó; una nostalgia que pocos comprenden al escuchar la vieja música. Esos eran los recuerdos del ayer.