EL IRRESOLUTO CASO DE JUDITH

avatar


fog-5144929_1920.jpg
Imagen de nini kvaratskhelia en Pixabay
Editada con PhotoScape


«El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace.»

—Marco Aurelio


EL IRRESOLUTO CASO DE JUDITH


Bien, vayamos en retrospectiva y analicemos con absoluta minuciosidad, puede que se me haya escapado algún detalle importante. Partiendo de esta pregunta, ¿es posible que nuestro cerebro solo utilice el 10% de su capacidad mientras que el otro 90% está inactivo y, posiblemente si lo usamos, seríamos capaces de realizar cosas extraordinarias que ningún humano soñaría jamás? Me niego a contestar afirmativamente a esta respuesta, pues sentiría que le estaría dando la razón a una serie de fanfarronadas fantasiosas provenientes de algún cuento de ciencia ficción. ¿Qué piensas Rolando? ¿Piensas que todo tiene una explicación realista? No es necesario que me contestes.

Mi querido amigo, me alegra que hayas aceptado mi invitación, me sentía atorado, desquiciado, abrumado, con la mente vuelta un vórtice, pensaba que caería en la locura. Necesitaba a alguien con quien hablar, contar todo esto que tengo atrapado en mi garganta, pues lo que han visto mis ojos no lo puede despojar ni la muerte. Eres tú, amigo mío, la única persona a quien puedo confiarle estas palabras, y que si de verdad existe un dios allá arriba en el cielo o en otra dimensión, que me arroje a la candente lava del averno por el resto de la eternidad.

¿Recuerdas, Rolando?, que hace tiempo tuve una paciente; Judith, una chica bastante particular sobre todo por el mal que padecía. Era muy tímida, pálida como un cadáver y de cuerpo regordete que gradualmente disminuía en dimensión y tamaño. Sus cabellos castaños parecían opacarse, al igual que sus verdes ojos que cargaban con bolsas que parecían ausentes de disfrutar noches enteras de sueño. Aunque tenía dieciséis años, su aspecto parecía el de una mujer de cuarenta debido a sus fuertes padecimientos que transformaron su cuerpo. Su historial decía que estaba siendo afectada por un pómulo en su cerebro que se desarrollaba con rapidez, y que según los diagnósticos fisiológicos, si no se trataba a tiempo, podía convertirse en un tumor grave.

Todo comenzó exactamente hace seis meses, ¡oh, perdón querido amigo! ¿Gustas de un cigarrillo? ¿No?, bueno, encenderé el mío (Inhala y exhala). Bien, ¿en qué estaba? ¡Ah sí!, hace exactamente seis meses que Judith padecía unas fuertes jaquecas que no la dejaban concentrarse en sus actividades diarias. Su madre, Enriqueta, la veía débil y pálida todo el tiempo. Su padre, Juan, siempre velaba por su hija, y aunque no vivía con su madre, estaba al tanto de su situación. Los padres de Judith pensaban que eran unos simples dolores de cabeza que se aliviaban con automedicación, pero al darse cuenta que el problema se tornó más grave, decidieron llevarla con especialistas.

Varios médicos le diagnosticaron el mismo problema, su única esperanza era un tratamiento sumamente delicado en el que Judith no podía si quiera ver la luz del sol. Tú te preguntarás, Rolando, ¿qué clase de médicos someterían a una joven adolecida a una serie de tratamientos intensivos y peligrosos? Muchos de hecho, y es que la maligna anomalía que afectaba a la pobre Judith era algo digno de análisis y de espanto, pues no había manera de enfrentarlo de otra forma sino con ataques incisivos que quebraran el mal.

Los pobres padres estaban cayendo cada vez más en la desesperación, hasta que decidieron traer a la pobre muchacha a mí, hace dos meses aproximadamente. Cuando me la trajeron, Judith tenía el aspecto que te mencioné anteriormente, le faltaba poco para convertirse en un cadáver andante. Al verla, quedé pasmado sin dejar de mirarla con mi ojo científico. El caso de Judith era algo más allá que solo indagar, era digno de un estudio de grado doctoral, pues jamás había visto a una muchacha que había soportado tantos problemas cerebrales y medicamentos sin quedar como un vegetal.

Yo les di nuevas esperanzas a sus padres, pues las anteriores se agotaron, y solo escuchaban palabras malsanas que invocaban a la muerte de su hija. Ellos conocían mi trabajo, hace tiempo, sabían que era el único que podía liberar a Judith del mal que la acaecía. Por supuesto, acepté, me ofrecieron pagarme mucho dinero pero me dio igual, estaba tan interesado en lo que Judith padecía que hasta un montón de imágenes en mi mente comenzaron a pasar rápidamente.

El tratamiento que le apliqué comenzó con exámenes neurológicos para determinar el grado de la causa, luego hice una exploración psicológica a su cerebro, después entablé una conexión con sus males a través de métodos como la «Hipnosis» y el reconocido método de la «Fuente del sueño», intentando elaborar una teoría metafísica y basándome en ella para una posible solución, pero todo parecía en vano y poco a poco perdía la esperanza.

Sin embargo, en medio de mi reminiscencia causada por mi decaimiento, recordé un método neuronal que había aplicado a conejillos de indias hace algunos años ya. Desde luego lo recordarás, Rolando, aquellos informes que te envíe secretamente para que terminaras parte de las investigaciones de tu tesis doctoral. Sí, recuerdo bien que aquellos métodos no tuvieron el efecto esperado y por eso cerré el proyecto, pero luego vislumbré que los roedores desarrollaban nuevos mecanismos complejos de supervivencia y de escape y a algunos de ellos no los volví a ver, por lo que deduje que mi trabajo no fue un total fracaso.

En fin, a pesar de haber visto eso, decidí no seguir más. No quería que esos patéticos imbéciles académicos colocaran sus garras sobre mi investigación y me dejaran solo migajas del crédito. Jamás iba a permitir eso, tú lo sabes bien Rolando. Una vez más, decidí revivir ese método y aplicarlo con Judith ya obtenida la autorización de sus padres. Jamás lo había aplicado en un humano, sin embargo, si todo salía bien, el desarrollado lóbulo en la cabeza de Judith se reduciría aniquilado por su propio sistema neurológico.

Comencé a preparar a la paciente, le coloqué un casco en su cabeza para poder registrar su actividad neuronal. Ella se veía muy frágil, dócil, manipulable, su cerebro exponía una secuencia neuronal débil, era como una pequeña flama que se extinguía poco a poco. Y tuve mucho miedo, así es, Rolando, me desvanecía de espanto, pues no hubiera soportado que la sangre de esta muchacha cayera sobre mis manos, pero tenía que quitarme esas trivialidades distractoras que opacaban mi visión al éxito.

Paulatinamente, empecé a lanzar impulsos electromagnéticos leves hacia su cerebro, esperando una reacción fuera de lo común. Al principio no pasaba nada, era como lanzarle rocas a una pared pues Judith estaba tan inerte como una estatua de cripta. De repente, en un instante como un chasquido, no te sé decir con exactitud pues todo pasó tan rápido, Judith se levantó de la camilla exaltada, con los ojos abiertos desorbitadamente, se colocó a un lado y la alzó con un brazo, como si no le pesara nada. Al vislumbrar su impresionante fuerza quedé pasmado, con el aliento atrapado en mi garganta. Luego me miró con el rostro lleno de ira y me lanzó la camilla, afortunadamente reaccioné pero no salí del todo ileso, pues logró asestar un golpe en toda la tapa de mi cabeza provocándome un desmayo.

Cuando desperté, había un enorme agujero en la pared donde aparentemente ella había huido. La habitación estaba hecha un desastre, estaba muy asustado. Llamé a la policía para que dieran con el paradero de Judith. Sus padres, a sabiendas del riesgo que corrían, no levantaron cargos contra mí, tenían el miedo y las esperanzas altas, pues ya su hija se encontraba activa con la máxima vitalidad, más de lo que creían.

Desde entonces no he sabido más de Judith, amigo. Elaboré un sinfín de teorías sobre lo sucedido y ninguna tenía sentido para mí. ¿Tú que crees? ¿Qué haya activado el 100% de la actividad neuronal de Judith y que por esa causa haya adquirido fuerza sobrehumana? Ya..., mejor no me respondas Rolando, sé que eres fehaciente a estas posibilidades sacadas de alguna teoría escabrosa.

Te confieso que si esto me vuelve a ocurrir no me voy a quedar pasmado de la misma manera. Ahora tengo otra pasión, algo que jamás me había ocurrido en toda mi vida científica: ¡atrapar a Judith!, ¡es lo único que me mueve ahora!, así que necesitaré de tu ayuda querido amigo, por eso te invoqué, ¿estás listo para salir de cacería?

FIN


Escrito por @universoperdido. 26 de abril del 2021


Otras publicaciones de mi autoría

[ENG-ESP] SERIES REVIEW: 'MARIANNE' (2019), AN UNFINISHED TERROR
[ENG-ESP] AT LAST I AM A DOLPHIN / ANOTHER GREAT ACCOMPLISHMENT ADDED
[ENG-ESP] THE VOICE IN MY HEAD

photo_20200731_202247.jpg



¿Eres escritor? ¿No encuentras un lugar adecuado para colocar tus trabajos literarios? Unete a Literatos, una comunidad en Hive donde puedes publicar tus cuentos, poemas, ensayos literarios y novelas inéditos de tu propia autoría.



GIFs elaborated by @equipodelta



0
0
0.000
4 comments
avatar

Colmena-Curie.jpg

¡Felicidades! Esta publicación obtuvo upvote y fue compartido por @la-colmena, un proyecto de Curación Manual para la comunidad hispana de Hive que cuenta con el respaldo de @curie.

Si te gusta el trabajo que hacemos, te invitamos a darle tu voto a este comentario y a votar como testigo por Curie.

Si quieres saber más sobre nuestro proyecto, acompáñanos en Discord: La Colmena.


0
0
0.000