Divagaciones 008: "Tiempo presente imperfecto", por bonzopoe

Vivo en un tiempo presente imperfecto, porque es un presento invadido de pasados y promesas de futuros que cada vez ignoro más y valoro menos. Y no es que no me importe el futuro, es que no tiene caso preocuparme por él si de todos modos es inevitable y vendrá. Lo quiera o no, pasaran los días, las semanas, los meses, los años, y tal vez hasta las vidas, sin que pueda hacer nada al respecto.

Pero el pasado es distinto, ese vive en nosotros, está en nuestro adn, en cada célula de nuestro cuerpo. Somos una máquina del tiempo y no nos damos cuenta. Vivimos atrapados en un presente efímero, en un futuro pasado que consumimos y nos consume irremediablemente. Somos un presente construido de pasados, y nuestro futuro no es más que la consecuencia natural de lo que hacemos con lo que fuimos.

El pasado es el tiempo perfecto porque es el que nos crea, el que nos construye. Por eso es tan difícil escapar de él para algunos, y tristemente tan fácil de olvidar para otros, porque está tan presente en nosotros que muchas veces no nos damos cuenta. ¿Como preguntarle a la gota si conoce al agua si está hecha de ella?

Con el tiempo he aprendido a disfrutar el presente y a ver en él, el pasado. En cada rincón, tras cada momento, se esconden miles de historias correspondientes a lo antes vivido. Por ejemplo, la mesa en que escribo esto no es solo una mesa. Es todos los recuerdos de mis comidas en ella, de todas mis charlas en ella como escenario, incluso de todos los llantos, mis desvelos y coitos en ella. Es tanto el recuerdo del calor de una piel, como el de un taza café en invierno, o una sopa estando enfermo, o una carta volviéndose cenizas.

He aprendido a ver mi historia escrita por todas partes, el pasado oculto tras el presente, construyéndolo en segundo plano, tras bambalinas. Y a pesar de las penas que me han forjado aprecio mi pasado como aprecio mis ojos, mis brazos y mis piernas, porque sin él no soy, no existo, es tan parte de mi como los dedos con los que esto escribo.

He aprendido a resignificar mi entorno a través del pasado, y en ese sentido lo revaloro todo el tiempo, y trato de vivirlo plenamente en un presente que ahora veo como una escena eterna, siempre en tránsito, de la que soy protagonista irremediable, pero de la que también puedo ser público y tramoyista.

Vivo feliz rodeado de recuerdos mientras construyo otros, mientras pongo los siguientes ladrillos de este muro que es mi vida. Y estos recuerdos que me acompañan y me cuidan. Me reconfortan y me alertan, me dicen lo que fui y lo que soy, y a su imperfecta manera me sirven siempre de guía en esta aventura que es el vivir.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.