El ogro se comió al príncipe

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Saludos, gente de bien.

Aprovecho el reciente nacimiento de Literatos, espacio dedicado exclusivamente a la literatura, promovido por los hivers @ylich, @josemalavem y @universoperdido, para hacer mi primera publicación en esta comunidad, a la que le deseo el mayor de los éxitos.

En esta oportunidad les traigo este texto que tiene pinta de cuento de hadas, dicen por allí. Espero les guste.



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El ogro se comió al príncipe

Huele a carne fresca –dijo el príncipe Miguel detrás de la espalda de la joven princesa Andrea. Aunque estaba segura de que él no se refería a ella, sino a un niño que pasó corriendo cerca del balcón del palacio, volteó hacia atrás y lo miró con disgusto, en forma de reclamo. Él, obviamente, desvió la mirada como chiquillo pillado en una travesura.

Todos los días, la princesa se preguntaba qué le había sucedido a su amado príncipe y por qué ahora era otra persona, totalmente desconocida. Ella ignoraba cuál era el extraño sortilegio que había trasmutado al joven guapo, gallardo, amable, humanitario, del que se había enamorado; tampoco comprendía porque todavía seguía siendo físicamente el mismo, pero con distinta forma de pensar y, lo peor, con actitud de ogro (aunque en esos momentos no hubiese consumado todavía su deseo por la carne fresca).

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La princesa ya no soportaba los comentarios seguidos de su marido sobre sus ganas de comer carne cruda, sangrante. Esas insinuaciones le daban náuseas, mientras él solo pensaba en dónde y cómo conseguirla, fresca y jugosa, para satisfacer sus ganas de comerse a un humano.

Como era de esperar, la princesa mandó a encerrar a su marido para así evitar que desapareciera algún niño o niña del poblado a causa de sus crueles deseos. Y este protestó a gritos que lo dejaran salir, que debía reunirse en la taberna del pueblo con sus amigos. Pero nadie le hizo caso, a pesar de ser el dueño y señor de aquel palacio, la palabra de la princesa estaba por encima de todo.

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La princesa Andrea, todavía muy joven, era considerada una de las mujeres más bellas de aquel pueblo, pero poco a poco se le iba apagando su brillo a causa de su preocupación. En vano, intentaba mitigar su pena investigando, leyendo, indagando sobre la situación del príncipe. No hallaba claridad de ninguna manera. Se le dificultaba entender por qué él quería ingerir carne, por qué se había convertido en un monstruo. No obstante, se quedaba sin respuestas.

En varias oportunidades logró comunicarse con algunas hechiceras de la región pero ninguna le daba una respuesta satisfactoria, ninguna sabía quién pudo haber hecho tal magia, porque, según afirmaron estas mujeres, hombre convertido en ogro se transformaba en ogro tanto en lo físico como en lo mental, y ese era un caso verdaderamente raro. Incluso hasta llegaron a dudar que existiera ese tipo de magia, pues era demasiado inexplicable.

Pero, un día inesperado para la princesa, no se supo cómo, el príncipe-ogro logró escapar y consiguió su objetivo: encontró en su camino a una tierna niña que le satisfizo completamente su deseo carnal. Cuando el pueblo supo del incidente lo buscaron para atraparlo y quemarlo vivo, pero la princesa lo defendió alegando que había sido un buen marido, que estaba hechizado y que no era responsable de sus propios actos. Lo volvieron a encerrar y, semanas después, el ogro le volvió a ganar al príncipe y nuevamente consiguió su carne tiernita y fresca como a él le gustaba.

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Ella no soportó más y ya no tenía más alegatos para defenderlo. Fue destituido, desterrado y enviado a una isla lejana, donde solo vivían los ogros. “Tal vez allá podría conseguir una ogresa que antes haya sido princesa”, pensó ella, feliz de no tener que preocuparse más por aquella persona que ya no era su marido. Meses después iba de vez en cuando a la taberna a buscar compañía, con la excusa de seguir indagando sobre lo que le sucedió al príncipe Miguel.


¿Esperas, amigo lector, un párrafo final con la explicación sobre el hechizo del príncipe? No la tengo, pero puedo decirte que en la voz del pueblo se dice que la gente cambia, simplemente, porque cambia.


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¡Muchas gracias por su lectura!

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5 comments
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O simplemente la gente deja ver lo que realmente es. Al principio de una relación sea cual sea, solemos dar lo mejor de nosotros y hasta muchas personas solo aparentan algo que no son para obtener lo que desean... Otras, en definitiva de seguro que si cambian.

¡Gracias por compartir!

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Gracias a ti por tener la amabilidad de leerme y comentar mi publicación. La vida y sus caminos inescrutables; igualmente son las relaciones humanas (u "ogranas"). Me encantó tu conclusión: "O simplemente la gente deja ver lo que realmente es." De todas formas hago un voto salvado para las personas sinceras pues siempre son lo que son. Gracias nuevamente, @railis93.

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Me gustan los cuentos de hadas, en especial aquellos que dejan evidentemente elementos implícitos que pueden verse a simple vista.

La pedofilia, un tema bastante escabroso, ha sido también la inspiración para advertencias que pueden evitar males inesperados, y también, para exponer sus terribles consecuencias.

En forma de relato, me gustó cómo utilizaste este elemento en este cuento de hadas que condena esta situación.

¡Gracias por aportar tú contenido a nuestra comunidad! ¡Mis mejores vibras para ti!

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Muchas gracias por tu comentario, @universoperdido (de paso, me encanta tu nombre de usuario). A decir verdad, cuando lo escribí no iba en sus líneas pensando en la pedofilia, sino en las relaciones de pareja discordantes. Una vez que concluí me di cuenta de que se podían hacer varias lecturas.

¡Me encanta la gente que envía sus buenas vibras por el mundo! ¡Que te lleguen las mías también!

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