¿Y SI LLEVAMOS LA REVOLUCION TAMBIÉN A LA MÚSICA?

Sé que es un tema controvertido, no me odiéis, pero es algo que me molesta bastante y hemos venido a jugar así que... os lo cuento:

De toda la vida de dios, el sexo vende, y en la música se ha utilizado como reclamo, desde Elvis a Justin Bieber pasando por los Backstreet Boys, los productores lo saben, y lo explotan. No me importa que se juegue con la fantasía, siempre y cuando no sea dañino, y creo que hemos llegado a un punto en que lo es. Hace unos cuantos años, podíamos ver a una joven Britney Spears, cantando "Give Me Baby One More Time", con un uniforme de colegiala, que ya os digo yo que si alguien en mi instituto lo hubiese llevado de esa manera, no volvía a pisarlo en un mes. Sí, estaban sexualizando a una niña, y si bien no es que la idea me haga mucha ilusión, bueno, estaba dentro de unos límites tolerables. El tiempo ha ido pasando, y se impuso el reggaeton, donde la base de todas sus letras es el sexo y sus videos son francamente cuestionables. Los jóvenes están creciendo bajo el influjo de una cultura, que muestra a la mujer como puro objeto sexual al servicio del hombre: poca ropa, cuerpos de infarto y muchas mujeres para un hombre. Si yo crecí con un mandato social muy fuerte, que cosificaba a la mujer y la obligaba a ser un objeto deseable para el hombre, ¿Qué presión sufren las niñas de ahora, que crecen con dismorfia de Instagram y este tipo de influencias musicales? Está claro, hay libertad de expresión y cada uno puede hacer música según le venga la inspiración, pero en mi mundo de gominolas, tendríamos una sociedad lo suficientemente madura para no consumir aquello que es dañino o perjudicial: apoyemos la música que ayuda a que los niños y niñas se desarrollen sanos psicológicamente, hagamos un mundo mejor.