"Senderos de palabras" es una serie que se propone difundir citas de pensadores y escritores que permitan estimular la reflexión sobre distintos asuntos de la existencia, sin establecer "verdades" previas.

Aquí entramos a uno de los grandes y complejos asuntos, que ha sido denominado de diferentes modos.

La dimensión estética

Le debemos al Romanticismo (histórico), tanto en sus precursores como en sus representantes, entre otras muchas cosas (pueden ver posts míos acerca de la importancia de este movimiento desde este enlace *), haber entronizado el pensamiento profundo acerca del arte y su función. Gracias a ellos tenemos un desarrollo de la teoría y reflexión estética que sustenta la cultura moderna y contemporánea.

El poeta y pensador prerromántico Friedrich Schiller produjo escritos sobre estética de gran importancia, como sus Cartas sobre la educación estética del hombre, entre otros.

No existe otro camino para desarrollar la racionalidad del ser humano sensitivo, que desarrollar primero su sentido estético.

Schiller parte de la condición sensitiva del hombre, de su sensibilidad, y, desde esta premisa, aborda la facultad racional humana, es decir, su capacidad de discurrir mentalmente sobre las cosas. La premisa de la sensibilidad es fundamental para entender su derivación: la capacidad de inteligibilidad racional -acotaría, plena y satisfactoria- del sujeto humano tendría en la potenciación del sentir estético una condición necesaria.
Para Schiller la educación estética es central en la formación ética del ciudadano, que es concebido por él como un "ser para la libertad".

El gran filósofo de la "modernidad clásica", por identificarla de algún modo, es Georg Hegel, de cuyo pensamiento seguimos siendo continuadores, aunque ni remotamente lo sepamos. Por supuesto, lejos nuestra posibilidad e interés de detenernos en sus tesis. Sin embargo, sí podemos acudir a una cita extraída de su compleja obra, Estética, sabiendo que Hegel, de origen romántico, elaboró ideas capitales al respecto:

La misión del arte es representar, bajo formas sensibles, el desarrollo libre de la vida y sobre todo del espíritu, en una palabra, de hacer lo exterior semejante a su idea.

Uso esta cita de Hegel luego de la de Schiller, más allá de que este fuese cronológicamente anterior, con la intención de aprovecharla para fundamentar el principio indicado antes. Hegel, aún en su contradictorio talante romántico, asienta varios aspectos centrales: la propiedad sensible del arte, lo que ya sabemos y asumimos; la función representativa de este, es decir, de manifestar por medio de imágenes; y, lo que más nos interesa, que esa función volvería a presentar (re-presentar) de otro modo, una visión libre de la vida y (a través) del espíritu.

Si entrar en otras consideraciones, el pensamiento de Hegel da basamento a lo propuesto por Schiller, confluyendo así, desde mi punto de vista, en la relevancia de lo estético en la formación y desarrollo de la vida humana.

Trataremos otras ideas con respecto a la dimensión estética en próxima edición.

Gracias por su atención.