El amor del sol/The love of the sun

En la parte trasera de mi antigua casa, donde nací y crié por muchos años, había una reja que dejaba amablemente entrar los rayos del sol. No sabría decir con exactitud en qué posición se encontraba esa casa, pero todos los días entraban esos rayos del sol como si lo hicieran a propósito, descansar en el techo de mi hogar mientras yo los observaba. Las partículas de polvo dejaban de ser invisibles y todos podían verlas, aunque yo fuese el único que prestaba atención a tal desfile, brillaban como pequeñas estrellas en los pequeños espacios donde entraba la luz solar, intentaba agarrarlas todo el tiempo o simplemente pasar mi mano entre esas pequeñas criaturas que habitaban el mismo lugar que yo, me daban una sensación de tranquilidad al verlas, me daban una sensación de magia al admirarlas.

A veces colocaba mi rostro para sentir el calor del sol, luego me protegía en la zona segura de la sombra para enfriar mi piel y volver a hacer lo mismo una y otra vez. Podía sentirlo como un beso, una caricia, una mano reposando en mi mejilla, no sabría bien como describirlo, pero era cálido y no necesariamente por ser rayos de sol, era la calidez de un amor. Podía hacerlo por horas, mirar como caían dulcemente pequeñas partículas de polvo que imaginaba eran seres vivientes que descendían del cielo, desde los rayos del sol hasta mi suelo, era el elegido para verlos, sentirlos, apreciarlos y recordarlos por el resto de mis días como uno de los pequeños episodios de magia que llegue a vivir.

Luego de unos años deje esa casa, deje esos recuerdos con candado en algún lugar que no recuerdo porque era muy bueno escondiendo cosas; ahora solo escondo sentimientos, deje esas partículas de polvo donde estaban y apuesto los rayos de sol se preguntaban por qué nadie los recibía de nuevo, donde estoy no hay alguna ventana que deje entrar los rayos del sol, no puedo ver las partículas de polvo, no puedo sentir la calidez de ese amor de nuevo. Pero puedo recordarlo con mucho aprecio, porque hubo una época donde sentí el amor del sol y eso no lo pueden decir muchos.

At the back of my old house, where I was born and raised for many years, there was a fence that kindly let in the rays of the sun. I couldn't say exactly what position that house was in, but every day those rays of the sun came in as if they were doing it on purpose, resting on the roof of my home while I watched them. The dust particles were no longer invisible and everyone could see them, although I was the only one who paid attention to such a parade, they shone like small stars in the small spaces where sunlight entered, I tried to grab them all the time or simply pass my hand between Those little creatures that inhabited the same place as me, gave me a feeling of tranquility when seeing them, gave me a feeling of magic when admiring them.

Sometimes I placed my face to feel the heat of the sun, then protected myself in the safe area of ​​the shade to cool my skin and do the same thing over and over again. I could feel it like a kiss, a caress, a hand resting on my cheek, I wouldn't know how to describe it, but it was warm and not necessarily because it was sunbeams, it was the warmth of love. I could do it for hours, watching how small particles of dust fell sweetly that I imagined were living beings that descended from the sky, from the rays of the sun to my ground, I was chosen to see, feel, appreciate and remember them for the rest of my days as one of the small episodes of magic that comes to live.

After a few years I left that house, I left those memories with a padlock somewhere that I don't remember because I was very good at hiding things; Now I just hide feelings, leave those dust particles where they were and I bet the sun rays were wondering why nobody received them again, where I am there is no window that lets the sun rays enter, I cannot see the dust particles, I can't feel the warmth of that love again. But I can remember it with great appreciation, because there was a time when I felt the love of the sun and that many cannot say that.

Se me ha complicado el poder publicar los últimos días, pero no dejare de hacerlo, al menos no ahora. Espero les haya gustado y si tienen algún consejo para que mejore mi forma de narrar las cosas pueden dejarla en los comentarios, muchas gracias por leer, nos leemos luego mis queridos lectores.