The choice is not easy, it is difficult to constantly decide between one thing or another, to maintain rectitude, principles and moral values is put in doubt when necessity is accompanied by risky opportunities. Everything for the money, having it is mandatory and not having it is a perdition; when you are unemployed alternative sources of income are a priority and even more so when there are emergencies that merit it, especially when these are medical.

Hence my dilemma, abandon my mother in her need and become a bad son, or on the contrary, become a bad person for society by not abandoning my mother. My hands are tied, I have exhausted all my resources and it has been insufficient, what is certain is that my mother's health is deteriorating as I write these lines and I torment myself thinking about how to deal with the situation. What should I do? Is hoping for a miracle my only way out?

I don't know, time will give me the answer, every story has an ending and mine is no exception, whatever the path I choose to follow in my crossroads will lead me to a destination, and that, I will only see it when I get there, as the saying goes: No one knows where he is going, until he gets there!

The purpose of this publication is to find a little tranquility to my torments, to drain the emotional burden that disturbs my peace of mind, an outlet written between paragraphs that relieves the burden that weighs on my shoulders. I thank you for reading to the end, I will be eager to respond to your comments.

La vida y sus decisiones, un contraste de colores donde los grises destacan, blanco y negro solo hacen referencia al día y la noche, el resto, son colores ausentes disueltos en el espacio. Tal vez, el pintor de mi destino padecía de daltonismo o en su defecto quería realizar un arte gótico o quizás monocromático, no lo sé, solo son conjeturas que hago al ver cómo destaca mi imagen sobre las demás expuestas en la galería de la vida.

Las estaciones son extremas, en invierno, la lluvia inunda mis caminos al punto de necesitar un bote salvavidas para poder trasladarme, me vuelvo nómada en busca de un refugio que me permita mantenerme a resguardo. En verano, la inclemencia del sol convierte en un desierto todo a mi alrededor, la supervivencia se vuelve parte del día, el agua pasa a ser un diamante difícil de encontrar.

Una realidad exagerada quizás, pero, son estas paradojas símiles de mi existencia, experiencias continuas que doblegan cuerpo y espíritu, situaciones agobiantes que limitan el andar. Caminar erguido es complejo cuando son tus rodillas las que están en tierra, el peso sobre mi espalda imposibilita el desplazamiento. Hoy estoy frente a una encrucijada, caminos diferentes entrelazados en un mismo punto, distintos destinos que me aguardan; elegir es obligatorio, recorrerlo también lo es, padecerlo y/o disfrutarlo es opcional cuando es el propio destino quién tiene la última palabra.

La elección no es fácil, resulta complicado decidir constantemente entre una cosa u otra, mantener la rectitud, los principios y valores morales se pone en duda cuando la necesidad viene acompañada de oportunidades riesgosas. Todo por el dinero, tenerlo es obligatorio y no tenerlo una perdición; cuando se es desempleado las fuentes de ingresos alternativas son prioridad y más aún cuando existen emergencias que lo ameritan, especialmente cuando éstas son médicas.

De allí mi dilema, abandonar a mi madre en su necesidad y convertirme en un mal hijo, o por el contrario, convertirme en una mala persona para la sociedad por no abandonar a mi madre. Mis manos están atadas, he agotado todo mis recursos y ha sido insuficiente, lo que si es seguro, es que la salud de mi madre se deteriora mientras escribo estás líneas y me atormento pensando en cómo lidiar con la situación. ¿Que debo hacer? Acaso, ¿Esperar ocurra un milagro es mi única salida?

No lo sé, el tiempo me dará la respuesta, toda historia tiene un final y la mía no es la excepción, sea cual sea el camino que elija seguir en mi encrucijada me llevará a un destino, y ese, sólo lo veré cuando llegue a él, como dice el dicho: ¡Nadie sabe a dónde va, sino hasta que llega!.

El propósito de esta publicación es encontrar un poco de tranquilidad a mis tormentos, drenar la carga emocional que perturba mi tranquilidad, un desahogo escrito entre párrafos que aliviana la carga que pesa sobre mis hombros. Te agradezco por leer hasta el final, estaré deseoso de responder a tus comentarios.

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