No creo realmente en la suerte, pero que mala suerte tuve esta semana.

Si creyera en la buena y la mala suerte, diría que esta semana que concluye tuve la peor de las suertes, una serie de eventos desafortunados se presentaron haciéndome gastar dinero que no tenía contemplado, preocupándome por la salud de mi madre y perdiendo a mi abuelita, todo para concluir justo el día de hoy con una nueva descompostura de mi auto, a grandes rasgos esto es lo que paso, ahora si me permiten desahogarme, les contare paso a paso lo que sucedió.

El fin de semana pasada tuvimos visita en la casa, unas primas vinieron a ver a mi mamá, y aunque sinceramente estaba un poco molesto pues el contacto físico con la actual pandemia y la salud de mi madre, no es un juego con el cual jugar, sin embargo debo decir que hizo muy feliz a mi mamá así que ese tema lo dejaré para otra ocasión, lo que no les he podido mostrar es el auto que compré, no es un auto nuevo, es del 2008, se trata de un Volkswagen Bora, muy similar al Jetta de toda la vida, el auto lo pagué con dinero que obtuve de la venta de cartas de Splinterlands, así que sí, me sigue dando buenos resultados sin invertir demasiado tiempo por el momento.

Pero, al ser un auto del 2008 es obvio que tiene algunos detalles que debo arreglar, andaba mal de los bujes y por ese motivo lo metí al taller el día lunes, anduve buscando un buen taller que lo arreglara rápido porque no quería quedarme sin el auto por mucho tiempo por precaución, encontré el taller adecuado y ahí hicieron el trabajo, gasté 1500 pesos, algo así como 80 dólares, el problema que el auto se descompuso del motor de arranque en ese lugar cuando lo fui a recoger, y de ahí me tuve que ir a buscar un taller eléctrico, pero como ya era tarde, decidí llevar el auto el martes por la mañana, lo bueno es que como es estándar prende al empujón, así que el martes gasté otros 510 pesos, mas o menos 25 dólares en este nuevo trabajo, cuando recogí el auto, aproveche para llegar a uno de los parques a los que siempre voy para hacer algunas fotografías, las cuales no he podido editar en su totalidad, sin embargo les mostraré la que más me agradó de todas.

Esa tarde uno de mis tíos le avisó a mi papá que mi abuela estaba un poco mal de salud, era una persona adulta a la que los años aquejaban, así que él fue a verla por la tarde ya casi de noche, mientras tanto yo me quedé observando a mi mamá, comenzaba a sentirse mal e incluso llegó a pensar que se había enfermado de covid, le hicimos una prueba rápida y salió negativa, justo como lo esperaba, así que al ver que no tenía esa enfermedad, quedamos de acuerdo en ir el miércoles por la mañana a visitar a mi abuela, la mamá de mi papá, el día comenzó mas o menos normal, se suponía que mi mamá se bañaría primero y mientras ella se cambiaba yo me bañaría, pero se puso a hacer otras cosas y decidí bañarme primero yo, cuando salí del baño le hablé pero no me contestó, fui a su cuarto y la vi acostada temblando sin poderse controlar, tenía demasiados escalofríos junto con calentura y mucho dolor de huesos.

Así que la ida a ver a mi abue se convirtió en ida a la clínica donde llevamos a mi mamá, le hicieron demasiados estudios para descartar diferentes enfermedades, después de unas horas internada la dieron de alta y nos dijeron que todo apuntaba a que tenía dengue, la cuenta fue de casi 4000 pesos, mas o menos 200 dólares y mis gastos siguen en aumento, probablemente digas o pienses que estoy inventando todo al no mostrar fotografías y sobre todo porque soy fotógrafo, pero en serio que culero sería si en vez de ayudar a mi mamá o preocuparme por ella, me pusiera a hacerle fotografías mientras ella tiembla del escalofrío para que tú sientas que todo es verdad.

El día siguió su curso, y como siempre me tocó quedarme a vigilar a mi mamá ya que todos mis hermanos y hermanas tienen familia y sobre todo negocios que no pueden desatender, ese es mi mayor problema que al trabajar por internet mi horario es más flexible y todos nos aprovechamos de eso, lamentablemente el jueves por la madrugada la mala noticia llegó, mi abuelita acababa de fallecer, mi papá se fue inmediatamente para estar con la familia y comenzar los trámites necesarios, yo me tuve que quedar con mi mamá otra vez, además de llevarla a que le hicieran otro examen para ver cómo seguía de las plaquetas, claro que conforme iba pasando el tiempo ella se sentía peor, física y mentalmente, pues se culpaba a ella misma ya que por ponerse mal no pudimos ir a ver a mi abuelita una última vez.

Llegó la tarde del jueves, y ya que mi abue falleció de causas naturales permitieron velarla y sepultarla de forma normal como acostumbramos, mi mamá se seguía sintiendo mal y no podía dejarla sola para ir al velorio, imagina por un momento mi desesperación, con el corazón dividido y sin poder hacer más, no podía estar en el velorio ni podía hacer sentir mejor a mi mamá, solo me quedaba vigilarla, así que toda la noche estuve en vela mirando y cuidando su salud.

El viernes sepultamos a mi abuelita antes del mediodía ya que así nos fue indicado para poder llevar a cabo el sepelio con todos los que nos acompañaron, mi mamá cada vez se sentía peor de salud, pero también quería ir al sepelio, así que la llevé sin dejarla bajar del auto, aunque una de mis hermanas la bajó, ya que ella es igual de débil que mi mamá en la cuestión de los sentimientos, sabía que le dolía, pero el dolor mas el sol era una pésima combinación, y como nadie más le sabe decir que no, se bajó del auto por unos minutos, para no hacer muy larga la historia porque en verdad hay muchos detalles por contar, para la tarde la salud de mi mamá estaba peor, casi no se podía poner de pie ni siquiera para ir al baño, esa tarde algunos de mis hermanos estuvieron en la casa, por lo cual llevé el auto a revisar a otro taller ya que perdía potencia y estaba gastando mucha gasolina, cambiaron el sensor maf y el auto volvió a funcionar como debería, así estuvo todo el día sábado y domingo, bueno hasta el domingo por la tarde que me dejó tirado después de escuchar un fuerte tronido en el auto, el mecánico lo revisó y me dijo que el balero homocinético lado caja se había dañado, así que de nueva cuenta el lunes comenzaré en el taller.

Por cierto el día del sepelio de mi abuelita, mi sobrina me pidió la cámara ya que siempre la llevo conmigo a pesar de no hacer fotografías, se convirtió en una costumbre el siempre llevar la cámara, y ésta fue la fotografía que ella tomó, me parece una imagen interesante y con el revelado que escogí, creo que veo el potencial de fotógrafa que lleva dentro.

Por el momento esto sería todo lo que tengo para compartir, me gustaría ser constante nuevamente, pero como verán, mi vida está hecha todo un desastre en estos momentos, aún temo por la salud de mi mamá, en verdad siento que el dengue la está atacando mas de lo que debería, supongo que es el resultado del estrés, la depresión, y todos los sentimientos que se le han juntado a lo largo de estas semanas de malas noticias familiares, espero que el próximo post sea con mejores noticias, no sobre mí, si no sobre mi mamá que es lo que en verdad me importa, el auto lo compré para sacarla a dar unas cuantas vueltas cada que la vea deprimida, y de verdad prefiero que me esté fallando en estos momentos y no cuando la lleve de paseo.

Por cierto, éste es el auto, aunque de verdad deseo que lo conozcan mejor una vez que tenga tiempo para hacerle las fotos que merece e incluso el video que tengo pensado, por el momento pueden ver su figura, que seguramente les gustará tanto como a mi mamá que está enamorada del auto.