Un año sin clases | #DadLife Challenge [ENG – ESP]

Daniel tiene 9 años, es mi vecino. Desde la mañana hasta la noche patea la calle una y mil veces. Sus gastadas chancletas se conocen de memoria todas las piedras del camino, todas las pequeñas grietas del asfalto y los desniveles más imperceptibles de las aceras. Desde mi escritorio lo oigo corretear todo el día. Ocasionalmente me levanto, voy hacia el portón y por la ventana pequeña le preguntó: ¿cómo va la cosa Daniel? se encoge de hombros y con desgano me responde: bien.. señor Irvin, bien…

Al comienzo de la pandemia Daniel cursaba el segundo grado de primaria, para él no ha habido clases remediales ni encuentros por Whatsapp, su escolaridad quedó sencillamente interrumpida, se quedó en el aire. Aún así, y como por arte de magia, ha sido promovido, acaba de pasar al cuarto grado. Casi todos los niños de mi comunidad han seguido el mismo patrón de Daniel, sus familias no cuentan con los recursos tecnológicos para conectarse a la web, para ellos la profundización del atraso sigue su ritmo implacable.

A diferencia de Daniel mis nietas han contado con mejor suerte, en medio de altas y bajas han podido continuar actividades educativas. Las que están en Venezuela reciben sus tareas y mandan los trabajos por internet, además, cuentan con la supervisión de sus padres que tienen la capacidad suficiente para orientarlos.

Las que viven en España la están pasando mucho mejor, ellas casi no han interrumpido sus actividades, ni en los momentos de mayor contagio suspendieron totalmente sus clases. En los sitios donde viven se han organizado de tal modo que han garantizado una asistencia a clases bastante aceptable.

Daniel is 9 years old, he is my neighbor. From morning to night he kicks the street a thousand times. His worn-out flip-flops know by heart all the stones on the road, all the little cracks in the asphalt and the most imperceptible unevenness of the sidewalks. From my desk I hear him scampering all day long. Occasionally I get up, go to the gate and through the small window I ask him: how's it going Daniel? he shrugs his shoulders and reluctantly answers me: fine... Mr. Irvin, fine...

At the beginning of the pandemic Daniel was in the second grade of primary school, for him there have been no remedial classes or Whatsapp meetings, his schooling was simply interrupted, he was left in the air. Even so, and as if by magic, he has been promoted, he has just passed to the fourth grade. Almost all the children in my community have followed the same pattern as Daniel, their families do not have the technological resources to connect to the web, for them the deepening of backwardness continues its relentless pace.

Unlike Daniel, my granddaughters have had better luck, in the midst of ups and downs they have been able to continue their educational activities. Those who are in Venezuela receive their homework and send their assignments through the Internet, and they also have the supervision of their parents who are capable enough to guide them.

Those who live in Spain are having a much better time, they have hardly interrupted their activities, and in the moments of greatest contagion they did not suspend their classes completely. In the places where they live, they have organized themselves in such a way that they have guaranteed a fairly acceptable school attendance.

Para todos ha sido muy difícil lidiar con los niños sin la actividad escolar. Con los más grandes la situación se facilita, porque entienden más el asunto de la restricción y se entretienen bastante con el cell o con la compu. Pero con las pequeñas el asunto puede ser traumático, sobre todo en lo relacionado con el encierro, a las niñas pequeñas les resulta intolerable estar casi todo el día en casa.

Aunque no tengo niños pequeños sé por lo que están pasando mis hijos y las nietas. Gracias a esta tecnología maravillosa casi todos los días logro que ellos me den cuenta de sus peripecias, me mantienen informado de todos los detalles de este tiempo tan difícil que les ha tocado vivir.

Uno de mis hijos, el que está aquí, trabaja por su cuenta, en su casa, en modo freelancer. Le ha tocado invertir su horario, se acuesta bastante tarde, a altas horas de la noche todavía está preparando algún trabajo. Tiene que trasnocharse porque en el día las niñas exigen mucha atención, eso por supuesto que le ha producido bastante desgaste físico y emocional, pero ahí va aguantando, la juventud da para todo.

El otro, que vive en España, tiene la suerte de que su esposa cuenta con trabajo fijo, ella no ha parado sus actividades en todo el tiempo de la pandemia. Entre ellos tuvieron que tomar una decisión radical, como el trabajo de mi hijo era más inestable decidió renunciar a él. De otro modo se les hacía imposible atender a las niñas, porque aunque la actividad escolar se ha mantenido, no se cuenta con la asistencia de las personas que hacían el transporte y el cuido. Con ese personal sí que ha habido problemas durante las cuarentenas.

Todos estamos esperando que las cosas mejoren, a los niños les hace mucha falta recuperar sus rutinas escolares. Algunos como mis nietas han llevado la cosa paso a paso, con pocas pérdidas, para otros, como mi vecinito Daniel, hay pérdida total…

Gracias por tu tiempo.

It has been very difficult for all of them to deal with the children without school activities. With the older ones the situation is easier, because they understand more the issue of restriction and are quite entertained with the cell phone or the computer. But with the little ones the issue can be traumatic, especially in relation to the confinement, the little girls find it intolerable to be at home most of the day.

Although I don't have young children, I know what my children and granddaughters are going through. Thanks to this wonderful technology, almost every day I am able to keep them informed of their adventures, they keep me informed of all the details of this difficult time they have had to live through.

One of my sons, the one who is here, works on his own, at home, in freelance mode. He has had to reverse his schedule, he goes to bed quite late, and late at night he is still preparing some work. She has to stay up late because during the day the girls demand a lot of attention, which of course has caused her a lot of physical and emotional wear and tear, but she's hanging in there, youth can do anything.

The other one, who lives in Spain, is lucky that his wife has a steady job, she has not stopped her activities during the whole time of the pandemic. Between them they had to make a radical decision, as my son's job was more unstable, he decided to quit it. Otherwise it was impossible for them to take care of the girls, because although the school activity has been maintained, they do not have the assistance of the people who did the transportation and care. There have been problems with these personnel during the quarantines.

We are all waiting for things to improve, the children need to recover their school routines. Some, like my granddaughters, have taken things step by step, with little loss, for others, like my neighbor Daniel, there is a total loss?

Thank you for your time.

Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)

Banner propiedad de la comunidad.

Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.

Hasta una próxima entrega. Gracias.

Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.

No te olvides de votar @cervantes como witness en esta página:
https:/wallet.hive.blog/~witnesses

Te invito a apoyar este proyecto como witness y a formar parte de esta gran comunidad uniéndote a su Discord en el siguiente enlace:

Discord de la comunidad Cervantes

You can vote for @ocd-witness, with HiveSigner or on Hive Witnesses.