Los primeros dientes, una reliquia bien guardada/#ChallengePrimerDiente

Me uno a esta comunidad y a esta iniciativa para participar en el programa que modera @elizabeth14 por Discord en el canal Palnet.

Ella es una súper mamá de Hive que conocí hace poco y a quien admiro porque es una joven decidida, valiente, sensible y madre de tres niños, que hace mil cosas a la vez y, además, tiene tiempo para compartir por varios canales y programas de Discord y moderar en Moms on Hive.

Este #challenge consiste en contar la experiencia del primer diente de nuestros hijos y para hacer esta publicación, cerré mis ojos y me fui mucho años atrás para recordar esos momentos porque mi única hija va a cumplir 22 años dentro de pocos días.

No hice mucho esfuerzo, esas experiencias que vivimos las mamás son inolvidables. Recuerdo perfectamente cuando le salió el primer diente a mi hija, y agradezco que pasó sin traumas.

A ella no le dio fiebres ni ningún otro malestar, así que nosotros como papás, aunque tuvimos muchas inquietudes y estuvimos pendientes, no tuvimos esa preocupación.

Ahora, en mi familia, existe la tradición de mandar a hacer alguna prenda de oro (dijes o zarcillos) con los primeros dientes que mudan nuestros niños, esos dientecitos que salieron y que cuando van creciendo tienen que mudar para dar paso a los permanentes.

Cuando a mi hija se le aflojó el primer diente, la llevamos donde una odontóloga infantil para que se lo sacara, fue una experiencia bonita que vivimos los tres: ella, mi esposo y yo.

Él la llevó al consultorio y yo los alcancé luego de salir de mi trabajo. Fue su primera consulta odontológica y ella estaba asustada y emocionada al mismo tiempo porque, después de que le sacaran el diente, nos íbamos a ir a comer helados.

Superado el momento de la extracción del primer dientecito y después de disfrutar los heladitos, guardé bien el diente para esperar que se le aflojara otro y así mandar a hacer los zarcillos que tenía pensados para ella.

Pasado un tiempo, se aflojó el esperado diente (risas) y con los dos primeros que mudó, le mandamos a hacer estos zarcillos que ven en la fotografía. Los usó por muchos años y luego los guardé y aún los conservo como una reliquia.

Esta fotografía la tomamos el día de su primer cumpleaños, ahí tenía ya seis u ocho dientecitos. Desde que le salieron los primeros, la educamos para que se los cuidara y mantuviera siempre sanos.