Desafío de la semana: #FirstBathChallenge || Maternidad en colmena

Hola, comunidad #Motherhood. Aquí comparto mi experiencia como madre primeriza en el baño de mi bebé y luego la práctica hizo el resto.

Me describo como madre primeriza nerviosa; todo empezó cuando me dieron de alta en la clínica, al llegar a casa me di cuenta que era una responsabilidad muy fuerte y hermosa. Esta mezcla de pensamiento comenzó a sabotear mi cordura, también sumado a las pocas horas de descanso. Tenía inseguridad de atender a mi bebé satisfactoriamente y a la vez instintiva para mantener a salvo a mi hija.

Uno de las rutinas que me ponía ansiosa era el baño, a sabiendas que poseía una bañera especial, había otros elementos a considerar como la temperatura y la hora del baño.

Escuché muchos consejos, hasta que consideré las recomendaciones del pediatra; él hizo énfasis que agua directa de la tubería y fría no hace fuerte al niño, por lo contrario, podría ponerlo flojo, es decir, mal del estómago debido a las probabilidades de consumir un poco de esa agua no tratada correctamente.

Cubierto ésta duda para el baño, lo otro era más "sencillo"; pero un día, mi esposo llegó del trabajo y le pedí que bañara a la bebé, mientras me ocupaba de otros quehaceres. En ese instante recordé, no haber graduado la temperatura y encuentro a mi esposo listo para sumergir a la bebé. Mi hija antes de llegar a tocar el agua, hizo un ruido que advirtió al padre que algo andaba mal y él se detuvo, gracias a ella, no pasó a mayores.

La bebé siempre antes del incidente lloraba cada vez que la sumergía y después se relajaba, ahora con 4 años llora menos hasta para entrar a la pileta o el mar, pero al final no quiere salir. El baño para ella nunca fue su placer, así que tuve que crear juegos, integrar juguetes, simular que íbamos a pasear o invitar a sus primos para que se bañaran en el patio con ella, así lo disfrutaba.

Esta historia que comparto no solo revela las diferencias entre los niños y por supuesto las madres. Sin embargo, doy fe que las madres, por más cansadas que estén el instinto, intuición y amor por el ser querido que le otorga sentido a ser madre puede con todo. El baño sirve de relajación, cumple con hábitos e higiene; el bebé se ejercita y las horas depende del clima y del gusto del niño.