Saludos a todos
Aunque llego tarde a la convocatoria, no quería dejar de participar y les dejo mis 5 refranes favoritos.

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Los refranes son uno de los aspectos más interesantes de todo idioma. Aunque cada país quisiera reservarse la autoría de ciertos dichos o adagios, la verdad es que, como todo elemento folklórico, los refranes terminan siendo anónimos y existen con ciertas variables en cada cultura del mundo.

De tal palo, tal astilla, decimos en español. Like father, like son, dicen en Inglés.
Aunque a primera vista no hay similitudes en estas dos expresiones, la primera refiriéndose a la conexión innegable que existe entre un pedazo de madera y cada astilla que deriva de esta; la segunda aludiendo al parentesco entre un hijo y su padre, es fácil darse cuenta de la similitud de la “verdad” metafórica que se quiere ilustrar. Aunque sabemos que en la vida real un roble nunca va a producir una astilla de guayaba, por ejemplo, en los humanos la semejanza física o de personalidad NO está siempre determinada por los genes o la crianza. De ahí que algunos padres a veces afirmen, “’¡Est@ muchach@ como que me l@ cambiaron en el hospital!”

Aunque la sabiduría popular contenida en los refranes no es infalible, nos gusta pensar que las verdades o principios expuestos en estas frases, muchas veces jocosas y vulgares, siempre se cumplen. A mí en lo particular me fascina coleccionar y usar refranes de todas las culturas y en el caso venezolano, habiéndome criado en un pueblo pequeño y apartado, de profundo arraigo en las tradiciones de antaño, pues, los refranes no podían faltar como parte de mi formación y no puedo evitar usarlos a cada rato.
Es difícil limitarlos a 5 favoritos, pero trataré de hacerlos agrupándolos en una categoría: refranes que enseñan valores.

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1. Dime con quién andas y te diré quién eres.

Este dicho estaba en boca de cada uno de los padres de mi generación cada vez que buscaban aconsejar sobre las malas “juntillas”. A este dicho los adolescentes solían responder (sabiendo que le iban a “volar los dientes”), “el hecho de que ande con un fumador, no quiere decir que yo fume”, lo cual hasta cierto punto tiene sentido, pero igual “ibas preso”. La cosa es que para esos viejos (y yo estoy de acuerdo con ello en buena medida) la imagen que forjas en tus años formativos es determinante para el tipo de adulto en el que te convertirás. No se trataba de un simple “que dirá la gente?”; era más bien una preparación para la escogencia sabia de amistades y la asunción de responsabilidades por tus acciones u omisiones.
La mejor defensa contra este dicho la tenía Andrés Leiva, un filosofo popular yaguaraparero, quien decía, “eso es mentira, porque yo tengo años andando con el Doctor Suero (famoso doctor así apodado por los locales) y a mí nadie me dice Dr Leiva.

2. Grano a grano se llena la gallina el buche.

Este dicho apelaba a la paciencia en casos en que nuestra volatilidad juvenil nos hacia querer conseguir las cosas más rápido. Los éxitos no suelen llegar de la noche a la mañana; los grandes proyectos de vida son una sumatoria de pequeños logros que, como los granos de maíz en el buche del ave, van produciendo la sensación de llenura y satisfacción del hambre, cualquiera esta pudiera ser.

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3. Cuando veas las barbas de tu vecino arder, por las tuyas en remojo.

Este es un dicho muy sabio y como toda cosa que refleja verdades incuestionables, usualmente muy ignorado. Por supuesto que poner las barbas en remojo es un paliativo nada efectivo; lo ideal sería afeitarse o erradicar cualquier combustible que pudiera quemarnos las barbas cuando estas vuelvan a crecer. Lamentablemente, como la historia ha demostrado (y este sería un dicho adicional), “nadie aprende por experiencia ajena”. Lo hemos visto en lo político, los venezolanos fuimos víctimas de esa omisión cuando nos negamos a poner las barbas en remojo cuando el comunismo y totalitarismo que invadió en Caribe se mudó a tierra firme. Y ahora lo vemos con otros países como Chile o Argentina (incluso Colombia), que coquetean con las ideas reivindicadoras de la izquierda, sabiendo ya por nuestras barbas chamuscadas, que lo que viene es candela. El tiempo dirá.

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4. Quien a buen árbol se arrima, buena sombra lo cobija.

Este refrán acompañaba a la prohibición de ciertas compañías para que entendiéramos la necesidad de escoger bien nuestras amistades. Como literalmente lo indica el dicho no todo árbol da sombra, al menos no de la buena, de la que protege de las inclemencias del sol sin el estrés de estar moviéndose a cada rato cuando la sombra cambia de posición. Como los arboles, hay personas en nuestra vida que proveen la mayor seguridad y protección; la mayor garantía de paz y prosperidad. Aunque esto no es siempre predecible, si se es buen observador, podríamos percatarnos de que tan buena es la sombra de ciertos arboles. Como diría otro dicho no incluido, “al buen observador, pocas palabras…”

5. Camarón que se duerme se lo lleva la corriente.

En un mundo tan cambiante como el que nos ha tocado vivir, este dicho tiene cada día más vigencia. Estamos obligados a adaptarnos, a no quedarnos dormidos en la modorra de la desmotivación o la añoranza del pasado que no volverá, de lo contrario seremos arrastrados o enterrados por la corriente de innovaciones que se producen a diario y que no siempre buscan el bienestar de las personas. No es fácil responder a todos los estímulos de estas aguas tan turbulentas, pero debemos convertirnos en camarones “pilas” o morir en el intento.

Gracias por tu lectura