Esta frase sin duda es un llamado infinito al optimismo que debemos mantener siempre presente en nuestras vidas y el pasado año 2020 fue prueba fehaciente de eso y con respecto a eso yo voy a dedicar este post a demostrar que el año que ha sido y será conocido por el mundo entero como: "El año de la pandemia" fue la lección más grande para la humanidad y donde quedó demostrado que no hay mal que por bien no venga, o al menos así fue para mi:

En este año que desde un inicio estuvo marcado por una de las crisis sanitarias más terribles de la historia, el mundo entero se tuvo que adaptar a la idea de aislarnos en nuestras casas, separarnos de familiares y amigos, olvidarnos de los besos y los abrazos para mantenernos a salvo aunque también nos toco ver partir a miles y miles de personas, conocidos y desconocidos. Fue fuerte, fue muy duro asimilar lo que nos estábamos pasando y comenzamos a culpar al nuevo virus de todo lo "malo" que nos estaba pasando, pero no paso mucho tiempo para darnos cuenta que no hay mal que por bien no venga pues ese mal que es la pandemia nos enseño que lo bueno aún estaba por venir.

Nos hicimos más fuertes, nacieron nuevos emprendedores, buscamos la maneras de reinventarnos y con todo y crisis superamos los obstáculos y celebramos cumpleaños, descubrimos nuevas formas de aprendizaje y educación, pasamos más tiempo con la familia, aprendimos alguna habilidad nueva, descubrimos nuevos talentos potenciales que quizás no conocíamos y pusimos al día todo lo que teniamos pendiente, fuimos valientes y a pesar del dolor que nos causaba cada luz apagada seguíamos de pie dando la cara a la vida y aunque luchamos contra lo desconocido, nos volvimos más resilientes que nunca,aprendimos el valor de la cultura, a sumar esfuerzos para ayudar a ese batallón de valientes que se convirtieron en nuestros "héroes de bata blanca" descubrimos lo mejor de nosotros. Pero no fue solo pandemia lo que tuvimos que enfrentar, también hubo ataques terroristas, deforestación, crisis política y fractura de la economía a nivel mundial.y aunque lloramos y por un momento nos sentimos vencidos, no nos derrotaron, y si después de eso, hoy no somos capaces de decir "no hay mal que por bien no venga" entonces no hemos aprendido nada.

Y también aquí, en nuestra casa, nuestra colmena, nuestra familia vivimos un momento difícil como lo fue la bifurcación, donde todos estábamos llenos de dudas y hasta de miedo pero a lo que todos, o al menos la gran mayoría dijo, ¡si!, ¡si puedo!, ¡si quiero!, y lo que en su momento parecía el colapso de la blockchain se convirtió en una las mayores oportunidades de crecimiento y unión en comunidad que hemos tenido, y eso también ha sido ejemplo de que *no hay mal que por bien no venga