Cuando entre a trabajar en la escuela especial conocí a muchas maestras, todas con grandes habilidades para enseñar a los niños en aula. Hasta que conocí a la maestra Miguelina. Miguelina era una auxiliar de aula al principio, siempre nos contaba que era huérfana y que la crió una tía, no la trataban muy bien, como era lógico, su tía le daba preferencia a sus hijas. Pero ella decía que no se podía quejar, tuvo techo, comida y educación. Ella se volvería una maestra muy particular, repetía mil veces una clase y podía ver en el rostro del alumno cuando no entendía algo, esa habilidad era única en ella. Cada vez que me llamaba por teléfono me tenía más de una hora en la línea, cuando me llamaba mis hijos sabían que por un buen rato me tendría sentada escuchándola. Cualquiera que la conociera por primera vez pensaría que hablaba demasiado, que se entrometía en cualquiera conversación. Pero fue Miguelina la que me hizo pensar en que no había mejor maestra que ella, la que te repetía mil veces hasta que entendieras la clase, la que podía ver en tus ojos si no había entendido y aun así volverla a repetir mil veces más. Su grupo de alumnos el último año fue el mejor y con más reconocimientos. Ella empezó como auxiliar de aula y siguió estudiando por las noches hasta graduarse como profesora, tuvo una constancia muy particular. Pero su único defecto era que nunca paraba de hablar.

When I went to work in the special school I met many teachers, all with great skills to teach children in the classroom. Until I met teacher Miguelina. Miguelina was a classroom assistant at the beginning, she always told us that she was an orphan and that she was raised by an aunt, they didn't treat her very well, as was logical, her aunt gave preference to her daughters. But she said she couldn't complain, she had a roof, food and education. She would become a very particular teacher, repeated a thousand times a class and could see on the face of the student when he did not understand something, that ability was unique in her. Every time he called me on the phone he had me more than an hour on the line, when he called me my children knew that for a long time I would have sat listening to her. Anyone who knew her for the first time would think that she talked too much, that she got in the way of any conversation. But it was Miguelina who made me think that there was no better teacher than her, the one that repeated you a thousand times until you understood the class, the one that I could see in your eyes if I had not understood and still repeat it a thousand times more. His group of students last year was the best and most recognized. She started as a classroom assistant and continued studying at night until she graduated as a teacher, she had a very particular record. But his only flaw was that he never stopped talking.

Esta es mi entrada para el segundo concurso de escritura sin sentido de @Rycharde.

This is my entry for The Second Nonsense Writing Contest by @Rycharde.

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