¿Quién? ¿Cómo? ¿Por qué? Concurso de escritura creativa del 27 de febrero de 2021//numa26//

¿Quién era ella, aquella joven que bailaba y bailaba hasta desfallecer…?, ¿Cómo podía resistir tanta presión, tanto ejercicio? y ¿Por qué lo haría, qué motivación tendría que logró llegar hasta lo más alto de lo que cualquier bailarina podría llegar a imaginar?

Su vida entera la entregó al ballet. Su historia no era tan fácil, pero gracias a su madre comenzó a sentir ese amor por la danza. Un día la llevó a ver la obra “La bella Durmiente” la niña quedó tan impresionada que desde el mismo instante al salir del teatro, quiso ser una gran bailarina. Comenzó tocando las puertas en las escuelas de ballet, pero para esa época, no admitían niñas menores de ocho años. Cumplió los diez, y comenzó sus estudios en la famosa escuela de “Ballet Imperial de Rusia” en San Petersburgo. Siempre fue una incansable batalladora, su perseverancia y dedicación la llevaron a lograr sus sueños. De contextura física delgada, y muy frágil, causó gran revuelo entre las otras bailarinas , pues en ese entonces, las bailarinas de ballet eran robustas y fuertes. Su nombre es Ana. Ella bailaba y bailaba incansablemente, rompiendo paradigmas. La forma de su arco plantar, no le permitía bailar con soltura, hecho éste que la llevó a crear un tipo de zapatillas con un tacón o cuña de cuero, para poder bailar con mayor comodidad y así, mejorar su desplazamiento. Para ella estaba prohibido el cansancio. Sus estudios y excelente preparación académica, la llevaron a ejecutar el ¡Gran papel de su carrera! Se convirtió en la Mejor Bailarina de todos los tiempos. En 1905, llegó a la cima con la obra “La Muerte del Cisne” escrita especialmente para ella, por Michel Fokine su pareja en el ballet. Fundó su propia compañía, y con ella viajó por varios países de Suramérica repartiendo lo hermoso de su escena. Ana fallece por una enfermedad pulmonar luego de un gran resfriado, un 23 de enero. Curiosamente muere el día de su actuación. Se cuenta que antes de morir, sus últimas palabras fueron: “Tráiganme mi traje de Cisne''. Tras el telón fue anunciada la triste noticia , el público en el teatro sólo lloraba en silencio, brindándole un último pero estruendoso aplauso. Ella era la Gran e Inmortal “Anna Pavlova”(1881-1931)

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