Atrapando al sol

avatar


Fuente

 

Un duendecito se apareció en el cuarto de una niña y esta entre asombrada y maravillada se quedó escuchando lo que le proponía para atrapar al sol.

-Debes saber, que año tras año, el Sol nos obliga a vivir escondidos y ya nos hartamos. Una delegación nuestra viajó allá al centro de una Isla, al lugar que llaman Nublo, para consultar a la vieja maga de esa montaña. Expuestas nuestras quejas, habló en estos términos:

-Amigos duendecillos, víctimas del Sol, sólo le veo una solución a vuestro problema: debéin aprisionar al Sol. Cojan un trozo de hielo y situenlo en el centro de una jaula. El sol, quien no puede olisquear el hielo sin la necesidad de derretirlo, se acercará y entrará en la jaula. Con mucha precaución, cierren prestos la puerta y cubran la jaula con un trapo oscuro. Pero cuidado, si quedase una rendija sin tapar, ¡el sol se volvería a escapar! Buena suerte.

Y la maga volvió a sus asuntos dejando nuestra delegación bien pensativa... ¿Dónde podrían encontrar hielo en una isla donde el Sol lucía parte del año?

-Al verte esta mañana, se me iluminó el entendimiento. Los humanos tienen hielo en las neveras todo el año. Tú eres pues la más indicada para ayudarme en esta empresa. ¿Qué dices?

En verdad que la niña no pudo decir nada.

-Estoy dispuesta a ayudarte, duendecito, pero deberá ser mañana. Ahora el Sol está casi para acostarse y necesito tiempo para encontrar una jaula. –aclaró ella.

Y dicho y hecho esto el duendecillo desapareció y la niña se puso a cavilar para encontrar una jaula y un trapo oscuro.

Amaneció radiante. La luz del Sol empujó los nubarrones de la noche y la despertó. Saltó de la cama para aprovechar el madrugón y realizar su plan antes de que despertaran sus papás y la incomodaran con preguntas. Abrió la ventana, situó la jaula en un buen sitio, corrió al frigorífico para robar un cubito de los que papá utilizaba para refrescar sus bebidas, acomodó el trapo negro que mamá utilizaba para limpiar el polvo cerca de la jaula y llamó al duendecito, quien inmediatamente apareció.v
-Ya está todo listo. ¿Qué hacemos ahora? –preguntó ella.

-Ahora toca esperar. Estate preparada. ¡Debes ser más rápida que él!"

Al cabo de un rato, sus ojos empezaron a ver como el hielo se convertía poco a poco en un charquito de agua.

-¡Ahora! ¡Ahora!

Como un rayo, la niña cerró con fuerza la puerta de la jaula al tiempo que la cubría con el negrísimo trapajo.

-¡Ya está! ¡Ya está! -gritaba eufórico el duendecito.

-Sí, ya está.-repetía ella.

Pero nada es perfecto. En el instante mismo de que el Sol estuvo enjaulado, la habitación se fue oscureciendo hasta el punto de necesitar encender la lamparita de la mesita de noche si querían continuar viéndose las caras. Se hizo de noche espantosamente..

-¿Qué ha pasado?" preguntó la niña inquieta.

-Pues, ¡qué lo hemos conseguido, niña!. Que el Sol ya no volverá a molestar a nadie y que va a pagar con este encierro todo el daño que causó a muchos de nosotros. –dijo el duendecito satisfecho.

-¿Y siempre será de noche? ¿Sólo dispondremos de las bombillas para alumbrarnos? ¿No podré volver a la playa, ni a pasear con mis papás? ¿Será la noche oscura permanentemente?" -se inquietaba ella.

No tardó en imaginar su vida en la negrura permanente y esa idea no la sedujo en absoluto, por .Recordaba que la maestra les había explicado que la luz del Sol era necesaria para que las plantas crecieran, para que evaporara el agua de los ríos, de los mares y de los lagos y trajese la lluvia, para calentar y permitir que otros animalillos viviesen, como los lagartos, las tortugas, los pajarillos...

Comprendió que no podía ser responsable de tan gran pérdida para el planeta entero por mucho que eso perjudicara a los duendecitos. Se acercó a su amigo y le hizo partícipe de sus observaciones.

-Debemos ser justos. No podemos castigar a todos los demás para que ustedes vivan tranquilos.

El duendecito comprendió que los argumentos de la niña eran razonables y que había sido muy egoísta de obstinarse en retener al Sol y accedió a liberarlo.

Se dirigieron a la jaula y en tono de arrepentimiento le hablaron al Sol.

-Señor Sol, le pedimos perdón por este encierro forzoso, más hemos comprendido que su labor en nuestro planeta es muy necesaria y que si bien perjudica a los duendecitos, beneficia a muchos otros. Acepte nuestras excusas y recupere su lugar en lo alto del firmamento, por favor.

El Sol, gran Señor y consciente de su inmenso poder, sonrió amablemente y no tomó represalias. Prometió brillar con más cordura en los lugares donde vivían los duendecitos, hizo una reverencia y se elevó.



0
0
0.000
3 comments
avatar
(Edited)

Es una cándida y fantástica fábula sobre el interés particular en contraposición del colectivo, y de la significación indispensable del sol en nuestras vidas. Saludos, @nacarid.

Por aquí pasó El Comentador

@josemalavem


@elcomentador es un Proyecto de Curación de Comentarios. Nuestra finalidad es recompensar aquellos comentarios que aporten valor a las publicaciones y fomentar el hábito de comentar en Hive.

Si quieres saber más sobre nuestra filosofía y cómo optar a un voto por parte de nuestra cuenta, lee nuestro post de introducción y únete a nuestro servidor de Discord donde podrás interactuar con otros comentadores, educarte sobre el arte de comentar, enterarte de iniciativas y mucho más.

¡Te esperamos!
¿Quieres aprender más sobre los comentarios y su importancia?

Visita la etiqueta #hivecomments (en la sección reciente) y vuélvete un experto.

0
0
0.000