Relato: George (I)

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Nota de la autora: El siguiente relato es la secuela de Cristina. Puedes leer las dos partes en los siguientes enlaces:

Parte uno

Parte dos

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Fuente de la imagen: Pexels

Minutos después de que la joven se marchara, entró a la oficina de Samuel una joven de cabello oscuro y atavíos azul rey. Sentándose en una de las sillas del escritorio, le preguntó a Samuel: "¿Y bien?"

"No puedo decidirme entre alguien que tiene un extenso currículum en secretariado y alguien que quiere adquirir experiencia laboral en ese campo al mismo tiempo que busca solucionar el problema financiero de terceros, Isolde", respondió el hombre con franqueza. "La señora Colton tiene un historial laboral perfecto al contrario de la señorita Barone, quien tiene amplia experiencia laboral en generación de contenido".

"Es buena como escritora, aunque necesita pulirse un poco", observó Isolde mientras revisaba su tablet. "¿Por qué no ofrecerle un contrato editorial?".

"Podría ser, pero existe el problema financiero. Los libros que publique no se venderán de inmediato, y lo que ella necesita es liquidez pronta para afrontar las deudas de su abuela".

"Podría ser asistente de tío George".

"También podría ser, pero para eso requeriría de asesoría previa e intensiva. Tendría qué planteárselo a él y a Charlotte".



George Fairchild arqueó la ceja cuando Samuel, su sobrino de segundo grado, le planteó el asunto de Cristina. Ambos se habían reunido para desayunar en el restaurante Maurice's, ubicado en Spitafields, en el East End de Londres.

"¿Qué rayos le sucede a la gente que no es capaz de ayudar a un anciano a vivir bien?", fue lo primero que preguntó mientras asentaba su vaso de limonada. "¿Por qué llegar a ese extremo? Observando su currículo, sin duda podría entender por qué no has querido contratarla como secretaria".

"Quizás tenga un historial laboral inestable, pero pienso que puede aprender rápido en el ramo editorial bajo tu guía, tío George. Ella es buena en redacción; tiene publicaciones de buena calidad".

"El hecho de que sea buena en redacción no es suficiente para el puesto que Charlotte dejará en dos meses, Sam. Necesito alguien que tenga experiencia en la selección de productos potenciales, alguien con un sentido crítico más allá de si le gusta o no tal producto".

"Creo que ella tiene eso. Suele reseñar libros con regularidad", respondió Sam, pensativo.

George reflexionó un momento mientras contemplaba el currículum vitae de Cristina. Samuel era un hombre demasiado comprensivo; tenía toda la intención de ayudar a la joven en la solución de un problema que, si bien no le competía, le afectaba por su dependencia parcial al ingreso familiar. Él también había pasado por una situación parecida en el Jueves Negro de 1929, cuando estuvieron al borde de quedarse en la nada. Fue un período difícil, del cual salieron adelante.

La joven quizás no entendería lo que implicaba perderlo todo hasta que lo viviese en carne propia, pero al menos tenía la intención de evitarlo a toda costa a pesar de las objeciones de sus parientes. Tras pensarlo bien, se volvió hacia su sobrino y le dijo: "Le daré una oportunidad".



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