Poema: Autocontrol
Fuente de la imagen: Pexels
Difícil es refrenar el impulso
de no golpear a aquél necio
que no entiende o escucha razones;
el autocontrol exige frialdad
en momentos de enojo ciego,
y paciencia en momentos absurdos.
Inhalando y exhalando el aire
es el único modo de recuperar la calma,
aún cuando la furia se sube a la garganta,
aunque se te crucen ideas mortales en la mente.
Es ventajoso tener autocontrol,
pero a la vez es horrible
no descargarla cuando la respiración
no sirve ante los narcisistas que creen
que el mundo gira alrededor de ellos.
¿Qué hace uno entonces ante esta prerrogativa?
Rogar a las divinidades que la furia
no se convierta en la tragedia.
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