"Temamos, pues, no sea que permaneciendo aún la promesa de entrar en su reposo, alguno de vosotros parezca no haberlo alcanzado. Porque también a nosotros se nos ha anunciado la buena nueva como a ellos; pero no les aprovechó el oír la palabra, por no ir acompañada de fe en los que la oyeron. Pero los que hemos creído entramos en el reposo, de la manera que dijo: Por tanto, juré en mi ira, No entrarán en mi reposo; aunque las obras suyas estaban acabadas desde la fundación del mundo. Porque en cierto lugar dijo así del séptimo día: Y reposó Dios de todas sus obras en el séptimo día. Y otra vez aquí: No entrarán en mi reposo. Por lo tanto, puesto que falta que algunos entren en él, y aquellos a quienes primero se les anunció la buena nueva no entraron por causa de desobediencia, otra vez determina un día: Hoy, diciendo después de tanto tiempo, por medio de David, como se dijo: Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis vuestros corazones. Porque si Josué les hubiera dado el reposo, no hablaría después de otro día. Por tanto, queda un reposo para el pueblo de Dios. Porque el que ha entrado en su reposo, también ha reposado de sus obras, como Dios de las suyas. Procuremos, pues, entrar en aquel reposo, para que ninguno caiga en semejante ejemplo de desobediencia. Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta."

Hebreos 4:1-13

Cuando la Biblia habla de reposo, comúnmente lo asociamos a un día de descanso en el cual Dios descansó de toda su obra en la creación.

Realmente uno descansa bien del todo cuando ha acabado todas las cosas que tenía que hacer.
Aquí la Palabra nos dice que Dios hizo toda su obra completa y al 7 día descansó.
Toda obra ya la determinó antes de fundar el mundo.

Si amados, todas las cosas ya fueron hechas por el Padre, por eso descansó.
En esa obra que él hizo estamos ud y yo, la salvación y el propósito por el cual nos hizo nacer.
Aquí está hablando de un reposo continúo no solamente un sólo día a la semana.

El reposo es Cristo.

Antes de Cristo se debía guardar el Shabat, conocido para nosotros día sábado para los judíos. Esto era antes de Cristo, cuando Jesús murió en la cruz, ese día de descanso paso a ser cada día, no tan solo un día como lo interpretamos.
Porque el verdadero descanso o reposo es Cristo.
Todos los que hemos creído y aceptado a El ya entramos en un reposo continuo.

Aquí nos dice en esta Palabra que muchos de aquellos que guardaban ese día de reposo no lo hacían con el sentido por el cual Dios lo estableció, que es estar en su presencia, escuchando la Palabra y obedecerla.
Hacer las obras de Él y no la nuestra.

Pero la hipocresía de los religiosos de aquella época les imponían está costumbre de no hacer nada el día de reposo.
El día de reposo justamente no es para no hacer nada, es para hacer algo, y ese algo es sentarse a escuchar a Dios y a obedecerlo, ayudar al prójimo.

Hoy esto lo asociamos a tan solo ir un domingo al culto y como que ya cumplimos con Dios, sin embargo, nosotros los hijos de Dios ese día de reposo es todos los días de la semana y del año porque ya entramos en el reposo que es Cristo.
Cuando se te revela esto es tremendo, porque allí entendemos que ya estamos reposando también de todas nuestras obras, porque El es nuestro descanso.

Hay una sola causa de no poder entrar en ese reposo, y es la desobediencia.

Hay también un regreso a ese día de reposo, que es arrepintiéndose de los pecados, pedir perdón y seguir estando en Cristo.
La Gracia es precisamente entrar en ese reposo que es Cristo, por medio de Él, podemos establecer un Shabat todos los días.

Los bendigo en este día.
Que puedan entrar en su reposo constante reconociendo quien es el dueño del día de reposo, Cristo el Señor.
Si El es su Señor, ya está en el reposo.

"Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro."

Hebreos 4:16