Blues de los incomprendidos - Escrito por @nachomolina

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Blues de los incomprendidos

Autor: @nachomolina
Poesía Original

La calle estaba húmeda con esas emanaciones características provocadas por una lluvia temprana. Se acortaba mi respiración, entonces ajustando la bufanda me protegí un poco más, aun así tuve que soportar las gotas que caían en la finísima lluvia cruzada mojándome lentamente sin remedio.

Bajo nubes grises que amenazaban con desplomarse en cualquier momento así comenzó mi día, preguntándome: ¿Hacia dónde voy?, ¿Cómo terminará mi nueva melodía?, claro está,

"El sonido de esas gotas venían en escalas y el soplido del viento eran tonos graves precipitados en un cónico túnel de obertura."

¡Al mal tiempo buena cara!, la vida en rosa siempre es mejor con pétalos de rocío. Mi pensamiento era subvaluado, incomprendido, veía el mundo con matices de otro color y los hacía sonar en mi mente como caja musical. Pero eso a nadie le importaba...

Me las jugaba todas al compás de una sociedad sin demasiadas opciones, las aceras marcadas por silencio, callejones que resonaban un sordo misterio. Las casas y las puertas cerradas con sus campanillas modulares y gente asomada por las ventanas las cuales se ocultaban al acercarme.

"Caminar sobre hojas secas es algo placentero, disfruto de esos crujidos cerca del suelo al ritmo de mis pisadas, sin embargo, cuando están mojadas mi sinfonía mental es opaca, acostumbrado a oír la diana celestial de vibrantes ciudades agitadas".

Crucé la carretera poniendo mis pies sobre la huella dejada por los autos, un sobrenadante aceitoso en el asfalto me decía que podía caer si no era precavido. Lamenté haber arruinado mi cuaderno, a pesar del intento por resguardarlo bajo la camisa, fue en vano, se mojaron mis apuntes en la medida avanzaba. A veces pienso que,

"Canto para no llorar o más bien mis canciones son el llanto reprimido de un "ser" interior, ese que cree en el arte pero derrama lágrimas con su voz."

¡Eso fue para mí el significado de aquella lluvia repentina!, el dolor de alguien que me mira desde arriba diciendo: “Siento igual que tú, soy el sonido de la lluvia tratando de adornar tu vida”.

Tendría que rehacer la maqueta pentagramada de mi última canción, se había corrido la tinta de todo el material y arruinó por completo lo adelantado. La clave sol en segunda línea era lo único que se divisaba, lo demás era una mancha de notaciones mezcladas...

"¿Qué podría sacar de bueno en este día? si un músico escucha los sonidos del viento, que se puede esperar de mi, que solo escucho a esta lluvia maldita..."

Fue difícil ponerme bajo techo, aparte de ser un desconocido en aquel lugar, la gente a su vez tenía cara de pocos amigos y no estaban dispuestos a ayudar. Bajo los copos de los árboles pude protegerme un tanto, pero al arreciar la lluvia nuevamente decidí correr a ocultarme en el primer lugar que encontrara, esperando no meterme en algún turbio problema.

"Muchas veces llegué a pensar en abandonar, no veía opciones de ganarme la vida en una sociedad tan hostil..."

¡La música siempre me ha acompañado pero no estoy seguro si esta vez me salvará!


"Me paré bajo la marquesina de un pequeño local, pensé que ya no tenía caso seguir andando, ¡sentí que esta era mi derrota!. Al sacudir los zapatos y pasarme la mano por la ropa tratando de quitar el exceso de humedad, miré alrededor para reconocer donde estaba. Percibí un olor a fermento de cerveza y humo de tabaco, visualicé la puerta de madera entreabierta y el cristal de una recepción. Ligeramente se dejó colar la música de ambiente, me extrañé al escuchar sonar aquel Riff de guitarra, saliendo del interior…"


¡Era la entrada a una taberna!. El vigilante local tenía un puro en una mano, en la otra un tarro de cerveza, al verme empapado se apiadó de mí esbozando una sonrisa y haciéndome pasar hasta el hall. Le di las gracias y le prometí que tan pronto pasara la lluvia me marcharía, sin embargo, él me pidió que entrara al bar y tomara asiento.

"¡Al fin salía algo bien en aquel día!, primera persona cordial que me encuentro, ahora estaba a salvo de la maldita lluvia y sentado en una mesa, no me quedó más que pedir una bebida..."

El lugar estaba vacío y el señor de la puerta, también era bartender. Trajo una jarra de cerveza hasta la mesa diciéndome: ¡Esta va por la casa! y se sentó junto a mí. Sin perder tiempo, comencé a transcribir nuevamente mi canción en una servilleta, mientras afuera en la calle la luvia seguía haciendo estragos.

Tomando un poco de confianza, iniciamos una conversación, fue así que el dueño del local me habló de su decadencia:

_!Por motivo de la lluvia ahora las bandas no vienen a tocar a mi taberna! _, en otro tiempo este fue sitio de culto para los amantes del blues, ahora solo es un olvidado bar sin alma esperando por un detonante que vuelva a levantarle.

¡Cuánto daría porque volvieran los buenos tiempos!, las mesas de billar repletas de cerveceros en duelo, las sirvientas con los tragos de tequila, las partidas de poker, la comida, las bandas de rock, la música, la música... ¡He perdido todo!


"Yo no paraba de escribir mi tema, escuchando la historia de fracaso contada entre truenos y relámpagos, esgrimía el mensaje sobre líneas, la voz de él era cántico entre asientos de roble, era clamor rodeando la publicidad de neón, los afiches de camioneros en carreteras de desierto... se gestaba la inspiracional pieza entre bemoles que quedaban codificados en el pentagrama, poco a poco se solucionaba la vida de dos hombres. En la esquina, una tarima triangular a veinte centímetros del suelo con la caja acústica sobre la alfombra, una guitarra "les paul" de 1959 y el viejo amplificador de tubos encendido dejándome ver quien había tocado el Riff que escuché al entrar. Estos instrumentos estaban ahí por algo, se sumaban a la rapsodia, fragmentos de la incomprensible razón que me trajo aquí..."


"¡El sonido de la lluvia me había guiado al lugar perfecto!, el rincón de una ciudad donde la gente había perdido la fe, mis gustos por la música cobraban sentido y volvía a sonar en mi mente la harmónica del delirio".

¡Ahora mi llanto tenía título!, en el ambiente a media luz de un bar concluí mi obra: "El blues de los incomprendidos", un melancólico grito de dolor que a pesar de su accidentado nacimiento, pasaría a llenar nuevamente los espacios de aquella taberna y la vida de dos personajes olvidados que encontraron su verdadero destino...

FIN

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[Contenido Original]
@nachomolina


venezuela
2020



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