Una Pizza con Hambre
una señorita bien vestida,
algunos creen que llevo champiñones
otros que soy de cebolla y pimentones.
Miró a mi alrededor,
tengo hambre, pero no veo nada de rico sabor,
pasa un barco por el pavimento de oscuro color,
seguramente ahí va una degustación.
Salto hacia el barco,
soy muy grande y lo aplasto,
lo tomo en mis manos
lo hago bola y juego con él un rato.
Y una gran embarcación llega,
es mamá de la barca que aplasté sin prudencia,
ella no se enfada, eso sí,
le dice que vuelva a su forma primaria.
Barco grande y pequeño se marchan
y llevan consigo la pizza hambreada,
quizá en el viaje consigan comida,
lo que es seguro, es que la pizza va con alegría.
0
0
0.000
La mamá del barco tenía mucha tolerancia , la pizza tuvo suerte porque las madres son muy sobre protectoras .