Relax en la madrugada. Bellas reflexiones de amor.
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Agradable es despertar y ver tu rostro plácido cuando sigues dormida como una rosa blanca en el jardín de la madrugada.
¡Cuánta alegría y satisfacción es poder quedarme contemplativo, como queriendo establecer un diálogo con mi alma para decirnos que ambos estamos felices de estar contigo!
Me he despertado de repente y antes de la hora habitual dentro de una habitación de clara iluminación, que me permite detallar como la respiración te hace llenar y vaciar los pulmones en una acción suave, lenta y bonita.
En medio de tanto entusiasmo que me ocasiona mirarte y saber que eres mi amor, no quiero producir ni movimientos que te tropiecen, ni ruidos que interrumpan tu dulce sueño de princesa.
Decido permanecer otro tiempo más y, sintiendo un absoluto relax, me niego a levantarme aun cuando debo estar a tempranas horas en mi sitio laboral.
¡Qué bella eres, princesa! Me haces compararte con tantos poemas! El Cantar de los Cantares.
Finalmente, rompo con el éxtasis en que me he sumido, y al descorrer la sábana, abres tus lindos ojos de rosa tranquila.
Un relax antes de salir a trabajar no ha estado mal. El sol aparece.
Y ya, libre depresiones por despertarte, te doy un beso en la frente, y te murmuro con ese amor tan grande, sublime y hermoso que por ti siento:
—Muy buenos días, princesa de la vida.