Khasmork y Andros (Cuento infantil)

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Arte digital

 

La tarde es fría, con aires de lluvia que espanta un arco iris que recorre el cielo.

En el parque los niños juegan en los columpios, el tobogán y la rueda formando un alboroto de risas y gritos que se confunden con los ruidos que produce el viento en los árboles.

Una nave surca el firmamento y más que posarse se estrella en la hierba medio espesa que se encuentra por detrás del parque.

El ruido llama la atención de los muchachos que instintivamente fijan su vista al lugar.

Un ser con facciones de hombre, vestido de dorado y de piel azul sale del artefacto.

-Estos aparatos modernos cada vez son más aparatosos. -se queja.

Camina hacia el parque donde los niños con gesto de temor se abrazan.

Trae en sus manos un saco de variados colores.

Una niña de 12 años con gesto de valentía se le interpone.

-¿Quién es usted?

-Vengo de otro planeta y voy a llevarme a todos los niños que se encuentran aquí.

-¿Cómo se llama?

-Mi nombre es Khasmork.

-Creo que se ha equivocado de lugar.

-¿Este es el planeta tierra?

-Sí.

-¿Esta ciudad se llama Maracaibo?

-Si.

-Entonces no estoy equivocado, este es el lugar., vengo a llevarme a todos los niños indisciplinados, desobedientes, malos estudiantes y groseros que se encuentran aquí.

-Sigo pensando que esta equivocado, acá no hay niños así

-¿Verdad niños? -dirigiéndose a todos.

Con caras de asombro todos asienten.

-Déjenme verles las caras.

Va recorriendo en forma de círculo al grupo y observándolos rápidamente.

Mientras hace esto se rasca la cabeza.

-De verdad que no tienen cara de desobedientes ni malos estudiantes, aunque hay unos que no se les ve tampoco de buenos.

-Se lo dije.

Los niños ya han tomado algo de confianza y van poco a poco sumándose a jugar.

-¿Cómo te llamas?

-Teresa.

-Dime una cosa jovencita, si no hay aquí niños desobedientes. ¿Para que me llamaron?

-Nadie lo ha llamado.

-¿Estas segura?

-Estoy segura, nadie lo ha hecho. ¿Para que vamos a hacerlo? Si ni siquiera sabemos quien eres ni que haces.

-Soy el guardián de los niños buenos y el verdugo de los niños malos.

-¿Cómo es eso de verdugo?

-Soy quien castiga a los niños desobedientes, malos estudiantes y altaneros. Me los llevo en este saco mágico que ves aquí hasta un planeta frío y oscuro hasta que se arrepienten y se convierten en buenos.

Una nueva nave surca el cielo y va a estrellarse en el otro lado del parque.

Una risa llena el ambiente.

-Ja, Ja, Ja.

Esta vez un hombre parecido al anterior pero vestido de negro con piel azul y un saco negro en las manos sale de la nave y camina hacia los niños quienes nuevamente asustados se agolpan a un lado.

-Veo muchos niños aquí, voy a tener que hacer mas de un viaje para llevármelos a todos.

Teresa se esconde detrás de Khasmork y pregunta.

-¿Quién es usted?

-Soy el malvado Andros y voy a empezar por llevarme a esos niños que están en los columpios.

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Arte digital

 

Los niños que se encuentran allí corren y se esconden detrás de Teresa.

Khasmork señala con el dedo al visitante y le grita.

-Un momento, detente allí.

Andros obedece y le reta.

-¿Quién te crees que eres para hablarme así?

-Soy Khasmork, defensor de los niños buenos.

-Ja,ja,ja, los superhéroes de este siglo se han acabado, ya los niños no creen en ellos.

-No importa, no dejaré que te lleves a ninguno de estos niños.

-Está bien, te dejo a ti esos y me llevare a los otros.

Camina hacia el segundo grupo que se encuentra detrás del tobogán.

Khasmork corre rápidamente y se interpone en su camino.

-No te llevarás a nadie.

-No seas egoísta, hay bastantes para los dos, tú me das la mitad de los de allá y yo te doy la mitad de los de aquí y asunto resuelto.

Desde el tobogán Juliancito un pequeño de ocho años le grita.

-Usted es un hombre malo.

-Y tú eres un niño feo.

-Él no dejaras que nos lleves.

-Ya veremos si puede conmigo.

-Yo lo ayudaré.

-Estoy muerto del miedo. -le contesta Andros cínicamente.

-¿Por qué quieres llevarte a los niños?

-Porque no me gustan, son bonitos, llorones y juguetones. Me fastidian.

-Tú también fuiste niño.

-Eso no es tu problema, apártate de allí, si no quieres que peleemos.

-Pelearemos, pero no dejaré que hagas lo que quieres.

Juliancito le grita.

-Malo, feo.

Andros señala el saco que tiene Khasmork y le replica.

-Tu también haces lo mismo que yo, ¿O acaso ese saco es para recoger lechugas?

-Solo me llevo a los niños desobedientes, malos estudiantes o groseros para castigarlos y enseñarlos a ser buenos.

Andros queda pensativo y habla en voz baja preguntándose.

-Desobedientes…. Desobedientes…

Finalmente se dirige a Khasmork y pregunta.

-¿Qué es eso de desobedientes?

-¿No lo sabes?

-La verdad es que no.

-Los niños desobedientes son aquellos que no hacen caso a los consejos o mandatos de sus padres, maestros o personas mayores, que se preocupan por ellos.

-¿Y malos estudiantes?

-Los que no quieren aprender las lecciones que les dan en la escuela.

-¿Eso es importante?

-Claro que si, quien no aprende no logra nada cuando crece, ni buenos empleos, ni buena posición social, ni consideración de sus semejantes, el estudio es primordial.

Juliancito le grita al malvado.

-Bruto.

-Como puedes ver tú y yo no nos parecemos, yo solo quiero que los niños hagan cosas que son debidas y ayudar a sus padres en su educación. Tu solo quieres llevártelos no importando si son malos o buenos. ¿Para que quieres hacerlo?

-Para comérselos. -opina Teresa.

-Uy no, la carne de los humanos es mala.-contesta Andros.

-Mentira, usted es un ogro y se come a los niños.-insiste la joven.

-Esos eran mis tatarabuelos, en esta época ya esos bichos pasaron de moda.

-Entonces ¿Para qué quiere llevarnos? -pregunta Juliancito.

-Por que me gusta hacerlos llorar, que den grito pidiendo auxilio….. Jajjajajjaa.

-Asusta a los niños de tu planeta y déjanos en paz. -Le grita Teresa.

Andros pone cara de tristeza y dice:

-En mi planeta no hay niños, todo es silencio, me deprimo.

-¿Y por que no hay niños?

-Soy el único sobreviviente de mi especie, una explosión nuclear acabó con todos hace mucho tiempo, los pocos que quedaron eran ya viejos y fueron muriendo, fui el único niño que se salvó.

-Entiendo, pero no tienes por que hacerle mal a los niños, puedes ser su amigo y jugar con ellos.

-No me aceptarían, soy muy grande, viejo y feo para eso.

-¿Alguna vez le has preguntado a ellos si les importa?

-No. Me da vergüenza.

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Arte digital

 

-El corazón de los niños es muy puro.

-Nunca he jugado con un niño.

-Yo les preguntare por ti.

¿Aceptarían jugar con Andros y ser sus amigos?

Algunos dicen que si, otros aun con miedo se miran sorprendidos.

-Te das cuenta, la mayoría lo acepta. No tienes por qué ser tan malo con ellos.

Pensativo Andros se sube a lo alto del tobogán y desde allí les grita.

-¿Pueden jugar conmigo?

Esta vez todos se miran extrañados y miran a Khasmork, quien con la cabeza les invita a decir que si, por lo que la mayoría grita.

-¡¡¡¡Siiiiii!!!!

-Te das cuenta Andros, ellos jugarán contigo cuando lo desees.

Se baja de donde está y se acerca a Khasmork.

-Tienes razón, me arrepiento de haberles hecho llorar durante todo este tiempo, de ahora en adelante no los molestaré más, dejaré que tu castigues a los desobedientes y yo jugaré con los obedientes.

-Me parece una excelente idea.

Los niños se acercan a Andros y le tiran de la mano para que les acompañe.

-Tendrán que enseñarme como jugar, nunca lo he hecho.

-Lo haremos. -le grita un pequeño.

A los minutos los gritos del visitante se confunden con los de los niños.

Khasmork mete la mano en su saco y saca golosinas y caramelos que reparte a todos.

Seguidamente se aleja hacia su nave despidiéndose.

-Hasta luego niños, tengo trabajo que hacer, recuerden portarse bien y hacer sus tareas, Cuídense y enseñen también a Andros a estudiar.

-Así lo haremos.

Mientras Andros agita la mano rodeado de niños en señal de despedida, la nave nuevamente con el ruido característico se eleva cruzando el arco iris desapareciendo.

 
 

Nota: Adaptación de una obra de teatro del mismo nombre y de mi autoría.



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