El viaje (Relato)

Estar embarazada después de tantos años es como estarlo por primera vez.

Hay una mezcla de susto y alegría en su interior que la confunde, sin dudas las hormonas hacen su danza ritual alterando su estado anímico.

Ha sido algo inesperado y no planificado.

Cuando tuvo a Rebeca el obstetra le dijo que no saldría de nuevo embarazada y su vida sexual se fue al olvido hasta que como virgen la reinició con Marcos hace un año, por lo tanto no tomó precauciones que consideraba innecesarias.

El tiempo de Dios es perfecto sin dudas y una nueva hija o hijo es una bendición que hay que recibir con alegría.

Después de la tempestad de su anterior relación ha encontrado la calma y la comprensión en alguien con el cual ha pasado gran parte de su vida y que como cosa curiosa nunca vio como un posible candidato a ser su pareja, pero el dolor parece que crea lazos insospechados entre personas que lo sufren y Marcos ha regresado desde el limbo y la ha rescatado del suyo también.

Son tan diferentes que se complementan y ese tal vez sea el secreto del amor.

Navegar en el filo del precipicio para nunca estar seguro de ser indispensables.

Aquel librero taciturno que conoció cuando apenas tenía dieciocho años ha decidido cambiar su traje y volver al punto de inicio de su adultez y no podía negarle esa metamorfosis, a pesar que la misma significaría distancia corporal por un tiempo.

Ha aprendido a conocerlo en el silencio prolongado de sus meditaciones en la librería y sabe que necesita deslastrarse del ruido de sus alrededores, de los mundos que emergen de las historias que lee en los libros, de la voracidad de la sociedad, de la jungla de cemento que aprisiona con sus vaivenes y que su arma más poderosa para eso es la soledad.

Puede parecer un ser extraño que ha nacido en un mundo poco romántico para sus impulsividades creativas, pero la esencia humana es misteriosa y ella ama esa diferencia que lo hace único y no le ha sorprendido el que haya escogido un lugar tan lejano para iniciar una novela.

Por eso, aunque le costó convencerle, ha respaldado e incentivado ese viaje que lo hará también cumplir la promesa a su padre, que ahora le recuerda a Marcos, serio, lejano, pensativo, poco sociable pero dispuesto a brindarle la mano a quien lo necesitara, incluyéndola.

Un ser que fue como su tío y que en cada cumpleaños o navidades le hacía un regalo, que ella esperaba con ansias, pero que nunca la llamó por su nombre completo, siempre fue la pequeña Bere, aun cuando ya era una adolescente.

Por eso no importa cuánto tiempo necesite él para culminar su aislamiento, ella lo esperará porque de esperas se ha llenado su vida y la felicidad es el fruto de las mismas.

Por momentos pensó que aceptaría la invitación de Evaristo de ir a Francia, pero cuando le preguntó le respondió.

-Francia es muy bulliciosa para mis gustos.

Supuso que volvería a la granja como en otras ocasiones a buscar las musas borrachas, como él le decía, que se le habían perdido pero esta vez le respondió.

-Ya eses musas no me pertenecen, tienen otro dueño, tengo unas nuevas que necesitan otros espacios.

Hay un nuevo brillo en sus ojos, en su mirada amorosa que la hace sentir la mujer más hermosa del mundo cuando le dice que la ama.

Cuando la besa con pasión y suavemente y cuando le hace el amor como jamás había pensado sentirlo.

Extracto del Capitulo II de mi novela inédita "El escritor"