Despertar (Cuentonimio)

Despierta sin la mínima noción del lugar donde se encuentra.

Con una amnesia temporal que le hace desconocer incluso la cama donde está acostado.

El sonido estridente de un pito seguido por el escándalo que pareciera pasar por dentro de su cerebro le hacen saltar de la cama.

Se asoma a la ventana y es una vieja locomotora que hace su recorrido muy cerca del lugar donde permanece.

¿En que lugar está?

Intenta recordar por lo menos algo tan superficial como su nombre pero es en vano, su cerebro se encuentra como el radiador de un vehículo que ha consumido toda el agua.

Unos golpes en la puerta lo traen a la realidad incomprensible que transcurre.

Abre.

-Ni se te ocurra desenfundar tu pistola Perro Rabioso, porque sería lo último que harías en tu miserable vida.

Todos visten ropas de vaqueros incluido él, pero ahora es cuando se percata de eso.

-Levanta los brazos, estás detenido por el robo al banco y el asesinato de más de cincuenta personas.

Tartamudea.

-Yo no hice nada.

-Jefe, aquí está el dinero.- grita una voz desde adentro.

Es amarrado y sacado de allí.

Montado en un caballo y recorriendo la vía hacia donde no sabe, solo puede estar seguro que es la primera vez que visita ese desolado poblado situado en algún lugar del desierto por lo árido del terreno.

Otro grupo se suma a sus captores.

-Allí.- Señalando un árbol casi seco del camino.

Mudo por la sorpresa ve como le colocan una cuerda al cuello en forma de horca.

-Pagarás por tus desvanes bandido.

Trata de soltar sus manos pero el amarre hecho es perfecto.

Quiere gritar que no es la persona que creen pero no puede.

Cierra los ojos.

Siente la cuerda asfixiarlo mientras se ríen y un disparo le hace reabrirlos.

En el televisor la película del oeste está en su clímax.

Se ríe de emoción con el corazón a punto de explotarle.

Se había quedado dormido.