Cuando hacemos el amor (Poema)

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Cuando hacemos el amor
nos fragmentamos en un eterno parpadear
de luces incandescentes que van durmiendo,
vestigio de remotos horizontes en plenilunio,
historia de orígenes, tentación de fuerzas.

Entrega frenética preñada de anhelos.
Disipar de turbulencia y deseos que se ahogan
en el cenit de las caricias, en la piel anochecida
que amanece en cada segundo que explota
en cada estallido que roza el mundo.

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Cuando hacemos el amor
nos elevamos al profundo momento de lo eterno.
Noche azul de viñas en el otoño del trópico,
relámpago desafiante que captura las palabras
en el holocausto del impulso y los besos.

Inmensidad de días que se quiebran desnudos
extraviándose en el temblor sigiloso del rocío.
antorcha de miel en reflejos de penumbras,
cálida imagen de sentimientos e instintos
que en el aliento de nuestras manos brotan.

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Cuando hacemos el amor
nos invade el milagro de la libertad,
mil formas que estremecen las pupilas,
voces que se alejan y pierden en la almohada,
nubes de siglos que tocan nuestras entrañas.

Perseguimos la lluvia en la pasión del encuentro,
en la prisa de la juventud que nos va desapareciendo
entre la estrechez ignota de lo prohibido,
en el colmar indiferente de nuestros miembros
que en el rastro del sol se iluminan.

Cuando hacemos el amor
nos diluimos en un eterno parpadear
de luces incandescentes que van muriendo
en el temblor del lecho, furia de pasiones
que nos brinda el deleite del éxtasis.