Caminando acompañado (Relato)

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Caminar retando el frío de la noche y la soledad de las calles es algo que causa sensaciones encontradas, pero el hacerlo acompañado para él es algo muy poco común.

Sus últimos años han sido de un ostracismo social casi total, solo roto por las reuniones con sus amigos y una que otra breve conversación con algún cliente en la librería.

Ha resumido su existencia, después de la muerte de su esposa, en trabajar, escribir, de vez en cuando leer y ver televisión.

Por tal razón se siente un ser extraño mientras camina y conversa con ella.

-¿Estudiaste letras?

-No

-Pero todas esas explicaciones no parecen pertenecer a un librero.

Sin dudas una expresión que solo abarca un pequeño porcentaje de su labor.

-He leído mucho.

-No me convences.

Su desparpajo sin dudas es elocuente, sus respuestas en ningún momento buscan convencerla de algo.

-Solo intentaba que no te fastidiara, en ocasiones es insoportable.

-Gracias, aunque los tipos como tu amigo son mas comunes de lo que te pueda parecer, creo que es una de las razones por las que no estudié letras. Muchas ínfulas de conocimientos que al final carecen de lo más importante, el convencimiento propio de que sean ciertos o acordes con lo que desean.

Una argumentación extraña proveniente de una artista que se expresa a través de la subjetividad en sus pinturas.

Prefiere no comentarle que Xavier nunca estudió letras.

-El conocimiento es importante para quien intenta expresar a través del arte, sea cual fuera este, algo tan esencial como la visión que posee de lo que le rodea.

-Cierto, pero manejado desde un punto de vista personal, en el cual este vaya esencialmente ligado al saber de esa persona, porque lo de tu amigo mas que conocimiento es un subterfugio para impresionar. No quitó los ojos de mi escote desde que llegué.

Sonríe.

Sin dudas en muy poco tiempo ella ha hecho una exposición muy cercana y certera de su incorregible amigo.

Las distancias en la pequeña ciudad son cortas, las edificaciones con rasgos modernistas rodean los terrenos de la Universidad, convirtiéndola en el epicentro de mayor densidad poblacional del lugar, sin embargo lo agreste del lugar ha sido sustituido por viviendas de una sola planta con medianas extensiones de terreno.

Esto ha ocasionado un fenómeno extraño, ya que la ciudad se ha desplazado hacia el norte y lo que antes era el centro ahora es el extremo sur.

La actividad comercial igualmente ha cambiado de afluencia, al convertirse los alrededores de la casa de estudio en el punto más lucrativo.

Sin embargo, esa dualidad de estilos e historia confluyendo en una extensión de terreno pequeño han producido una experiencia turística interesante, que ha dado como resultado la transformación de viejas granjas y fundos agrícolas en posadas.

El comercio artesanal e informal en época vacacional es numeroso y los artistas callejeros una estampa imprescindible todo el año, ya que son los propios estudiantes quienes costean sus estudios efectuando este tipo de labores.

No faltan los movimientos místicos religiosos ni las tendencias apocalípticas entre esa diversidad de habitantes que a diario conviven en la ciudad.

-A pesar de todo, Xavier es una buena persona.

-No puedo decirte lo contrario, no acostumbro hacer valoraciones de ese tipo.

A esa hora tanto el tráfico vehicular como el de transeúntes es escaso, ya que los pocos sitios nocturnos han echado raíces fuera de la ciudad, por disposiciones legales que buscan alejar del centro de estudio cualquier foco de vicio, algo que han logrado a medias.

En pocos minutos llegan a las inmediaciones de la casa de Marcos.


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-Acá nos despedimos, gracias por la invitación y por el libro.

-Un caballero no deja a una dama sola en medio de la noche.

Lo mira, por primera vez detalladamente, descaradamente y eso a él le incomoda y sonroja.

Ojos claros, cabello negro, tez blanca y cejas pobladas, contextura mediana y un poco mas alto que ella, vestido informalmente pero de manera pulcra.

-¿Quién le dijo al caballero que la dama desea que la acompañen a sus aposentos?

Le mira a los ojos, su tono ha sido desafiante e imperativo.

Ante tal respuesta queda sorprendido.

-No lo tomes a mal, pero prefiero ir sola, estoy acostumbrada y déjate de gestos paternalistas que estudio acá para escapar de ellos.

Apura el paso y lo deja parado en la esquina, aun inmóvil ante el desenlace menos esperado de su única cita, extraña y circunstancial, en muchos años.v
La ve alejarse, con paso pausado, sensual, seguro.

Los cambios entre las relaciones interpersonales sin dudas han sido profundos entre generaciones.

La practicidad ha sustituido al galanteo, a la seducción subliminal a través de gestos sutiles muy ligados a viejos estándares de caballerosidad o convivencia.

 

Extracto del Capitulo III de mi novela "El Librero"



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