El aroma de la Madre Naturaleza

¡Hola Hiveans!

Si hay una cosa que me encanta disfrutar al comenzar el día, es sentir el los cálidos rayos solares en mi cuerpo, sobre todo si esto ocurre cuando estoy realizando mis acostumbradas tandas de ejercicios matutinos. Desde chica me orienté por esta apasionada atracción hacia el sol; fueron muchas las observaciones que recibí de parte de mis padres y familiares con autoridad sobre mi, para que dejara de mirar el sol de manera directa porque me iba a dañar los ojos y presentaría problemas visuales a futuro.

Lo cierto es que a escondidas continué mirando el sol; me molestaba hacerlo a ciertas horas del día, por esas razones me habitué hacerlo a tempranas horas de la mañana y durante el ocaso porque la intensidad era menor y lo sentía cómodo. En los últimos años me enteré del sungazing, una práctica conocida sun gazing que es una terapia de curación solar, es decir, mediante la observación solar se activan ciertos campos de recepción electromagnética en nuestro organismo y se configura un proceso de sanación que comprende la curación de múltiples patologías.

Esto me encantó y me entusiasmé en investigar un poco en qué consiste esta práctica. En tanto, enfaticé mi hábito de mirar al sol directamente porque precisamente las horas recomendadas para hacerlo son al salir el sol y pocos minutos antes de ocultarse; así que para mi ha sido una noticia sensacional porque la ejercitación corporal la comienzo antes de salir el sol, ocasionalmente suelo correr durante el ocaso; sin embargo, acostumbro salir a caminar unos 20 o 30 minutos durante la última hora de la tarde. Es un hábito de vida que forma parte de mi, así como es una costumbre involuntaria el higiene dental o lavarme las manos antes de sentarme a comer.

Aparte de disfrutar de los cálidos rayos solares y su energética luz, contemplo la forma de vida vegetal y me conecto con su maravilloso proceso ecosistémico; me gusta repetir que la vegetación es fundamental para capturar el tóxico dióxido de carbono (CO₂) que diariamente nuestras actividades de desarrollo económico y social liberan al ambiente; así la imponente clorofila actuando como campo gravitatorio en el follaje de la vegetación, hace posible absorber luz natural para biodescomponer las moléculas de CO₂ y aprovechar el carbono que requiere el organismo para fortalecer su estructura, mientras libera en forma de desecho el valioso oxigeno que es imprescindible para la humanidad y un 99.6% de la biodiversidad.

Repetir y estar plenamente consciente de esta realidad, me hace vibrar de dicha y me llena de vida. Es como una vitamina natural que ingresa a mi organismo a través de la consciencia. Pienso que muchas personas, millones de seres humanos comulgan con esta particular pensamiento; lo percibo en cada persona que observo pasear o meditar en un espacio natural donde se sienten llenos de energía al estar rodeados de árboles, especies ornamentales y gramíneas que son protegidas y gozan de cuidados por parte de la sociedad y Estado. 😍 A veces estas sencillas, pero significativas cosas pasan desapercibidas por nuestro turbulento ritmo de vida; casi que despreciamos las bondades de nuestra Madre Naturaleza porque ignoramos los complejos procesos que hacen posible nuestra existencia en este maravilloso plano físico.

Por la Gracia, mi esposo es un fiel compañero de faena deportiva y observador solar, le gusta disfrutar de la belleza y mágicas bondades que cualquier espacio natural brinda, porque en el más pequeño rincón o recinto espacial, hay algún aspecto o elemento valioso que hace posible el normal desarrollo y mantenimiento de los ciclos biogeoquímicos en el planeta. Los aprecio mucho, valoro tu tiempo en esta lectura.

Hasta una próxima entrega...

✅ Las fotografías fueron tomadas con dispositivo móvil marca Apple, modelo iPhone 6 plus. Se dimensionaron en Photoshop CS6, manteniendo los parámetros de resolución en 72 pixeles para mantener la calidad visual.