El agua es unos de los elementos más esenciales para la vida, la misma tiende a deleitarnos con grandes efectos naturales con los que se nos puede presentar; una suave lluvia, una hermosa nube o una fuerte ola, son oportunidades que casi ningún fotógrafo deja pasar. Sin embargo, en una pequeña gota también nos podemos encontrar una hermosa imagen, por eso quise aprovechar para practicar la velocidad de obturación y lograr un efecto que vemos en muchas fotografías, las formas que produce una gota de agua al romper la superficie del mismo líquido.

Espero que les gusten las imágenes que logré captar.

Para el proceso, además de armarse de paciencia, precisa contar con una cámara que permita ajustes manuales (para ir ajustando la velocidad de obturación), un trípode o un lugar estable donde posicionar la cámara para evitar movimientos nos den imágenes borrosas, y disparar con flash o alguna fuente de luz muy potente. Luego, preparar un recipiente con agua y un objeto que gotee, puede ser el grifo o una botella con un pequeño orificio.

En caida libre:

Rompen en el agua de forma diferente al cambiar el volumen de agua en el recipiente. Con bajo nivel salpican más agua.

y con mayor volumen de agua levantan una columna al caer, formando algunas figuras.

Incluso si fallamos en el tiro, las ondas también dibujan hermosos patrones.

Yo logré buenos resultados velocidades de obturación entre 1/200 y 1/400, ISO 200 y f/3.8. Y eso si, haciendo muchos intentos hasta dar con las que me gustaban.

Lo maravilloso de este ejercicio es que así repitas un disparo con las mismas características no encontraras dos patrones iguales, por lo que no habrán dos fotos repetidas.

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Esa fue mi practica de hoy amigos, espero les hayan gustado las imagenes. Nos vemos en el próximo.