Segundo domingo de mayo | Relato

avatar
(Edited)

La vida nos lo da todo, pero el inclemente tiempo nos lo arrebata lentamente hasta dejarnos sin nada.

"Cabeza y mano fondo naranja" por Oswaldo Guayasamín

Era el segundo domingo de mayo, y saltó de su cama acelerada por todos los oficios que debía hacer. Eran las cuatro de la madrugada, y repetiría su rutina anual para esperar la visita de todos sus hijos, como era la costumbre. Aunque ese fatídico año, ninguno de ellos llegaría.

Solo dos de sus hijos quedaban en el país, pero no acudirían a su agasajo, por el estado de sitio y suspensión de garantías constitucionales que se había impuesto en su país para frenar la propagación de un virus mortal que azotaba al mundo entero. El resto de los hijos y nietos batallaban sus propias luchas en distintos países tercermundista, con las mismas calamidades que padecían sus coterráneos.

Comenzó la limpieza, con su cuerpo activo pero la mente suspendida en el tiempo. Buenos recuerdos tenía de aquellos años en que éramos ricos sin saberlo; donde la comida y la bebida nunca faltaban; donde cualquier excusa era buena para reunir a toda la familia en la casa materna; donde se trabajaba duro y honestamente para ganar lo suficiente para mantener –humildemente– los hogares numerosos.

- Debo quitar bien el polvo, porque Nando es alérgico, –decía en voz baja mientras desempolvaba los trastes–.

Ese era su hijo mayor, que seguro le enviaría dinero, pues en eso nunca le había fallado, aunque su compañía hacía años que la había perdido, porque siempre estaba ocupado trabajando en cualquier lugar donde la compañía lo enviara.

- A mi flaquito Eudy le encanta mi pasticho… tengo que apurarme con esto.

Cuanta tristeza le había dejado Eudy, al marcharse a un país vecino a encontrarse con el resto de su familia, y peor aún, que se hubiese marchado sin haber pasado a despedirse de ella. “Quizá nunca más vuelva a verlo, y no pude decirle en persona lo mucho que lo amo y lo importante que es para mí, y que me perdone porque sé que pude haber sido una mejor madre para él”.

Se recostó en una silla, mientras secaba el copioso sudor de su frente, pues ese mes había hecho una oleada de calor insoportable; como si el ambiente se ensañase junto con el resto de las demás calamidades.

Repentinamente, se incorporó de un salto con nuevas energías.

- Mi Kique… el único soltero que me queda… en cualquier monto me toca la puerta y yo, como una loca desarreglada todavía. Voy a prepararle un juguito para cuando llegue.

Pero ese año, ni siquiera él, que era el más cercano, llegaría a su casa en el campo, donde ni siquiera tenía como comunicarse con ellos. Sólo esperar que por milagro aparecieran o continuar soñando con el retorno de un pasado feliz.

- Cómo estará mi Rorrito… Ya hace más de dos años que lo visité, y me partió el alma venirme y dejarlo en ese país tan distante. Dígame, ahora que ha habido tantos muertos por ese virus allá… Dios me lo bendiga y proteja a él y toda su familia.

Y efectivamente, mientras ella oraba pidiendo protección a su Dios para todos, ellos luchaban en silencio por recuperar su salud, ya que todos en casa estaban afectados por una virosis –tal vez común, quien sabe– pero que los preocupaba profundamente por la presencia del virus mortal en la zona donde vivían.

Y así, ente trabajos del hogar, pensamientos y soliloquios, se le venció el día… su día. Se bañó y se arregló con su mejor vestido; se sentó a la mesa y llamó a su esposo que se había quedado dormido viendo la televisión.

- Eliodoro, mi viejo, solo quedamos tú y yo. Hasta que la muerte nos separe, y hasta que podemos volver a reunirnos con toda la familia, como alguna vez fuera. Quizá no sea en esta tierra y en esta vida, pero estoy segura que algún día estaremos reunidos de nuevo.

- Así será mi vieja. Mientras tanto, disfrutemos esta rica cena. Gracias, mi amor… Feliz día las madres –replicó su esposo con tono cansón y somnoliento–.

La vida nos lo da todo, pero el inclemente tiempo nos lo arrebata lentamente hasta dejarnos sin nada. Solo permanecen los recuerdos que en la senectud se tornan borrosos y se confunden con los sueños y deseos.

--Texto de mi autoría E.Rivera--

veac100520



0
0
0.000
11 comments
avatar

Estas recibiendo nuestro voto y tu publicación aparecerá en nuestro reporte de curación.

mayvileros logo nuevo.png¡¡¡Felicidades!!!

0
0
0.000
avatar

Muy valorado esta votación. Sigan adelante con esta excelente labor de apoyar el buen contenido. Gracias

0
0
0.000
avatar

Like we talked about in Discord, English is a language that a lot of bloggers can read and speak. So maybe do a bilingual blog so you get more readers, we have a member in the terminal called @irionet that does dual lingual blogs maybe you can go and see

0
0
0.000
avatar

Excelente relato. Se me achico el corazón mientras lo leía.
Triste realidad de miles de familias separadas por estos seres malignos que apoderaron de nuestro pedazo de tierra.
"Eramos felices y no lo sabíamos"

0
0
0.000
avatar

@jcrodriguez, gracias por la lectura y sensibilidad.
Así es... vivimos en una tierra de gracia en desgracia, pero nada dura para siempre.
Saludos amigo.

0
0
0.000
avatar

translated it and read it. At the end there will be dreams and desires will be left ❤

0
0
0.000
avatar

I'm glad you liked it, @badfinger.
You are right, our dreams will remain and our wishes will be fulfilled.

0
0
0.000