Crónicas de lo cotidiano 039: "El egoísmo inconsciente", por bonzopoe

Viendo el video de un podcast, una de mis fuentes de entretenimiento, la invitada a este era una mujer que estuvo clínicamente muerta unos minutos, y después en coma por varias semanas, y al despertar tuvo que aprende a hacer todo de nuevo, incluso tuvo que aprender de tragar de nuevo para poder ingerir alimentos.

Al salir del hospital tenía diversas terapias desde las 6:30 de la mañana, hasta casi las 10 de la noche, todos los días, solo con espacios de descanso para comer. Y hoy día, tres años después se ve perfectamente normal, y ya camina, habla y regresó a su vida profesional con el mismo éxito de antes. El entrevistador le hizo preguntas muy interesantes de todo tipo sobre su vida antes, durante y después de este trance tan particular y hubo una en particular que llamó mi atención.

El entrevistado le preguntó sobre como había manejado la relación con su pareja, su esposo, durante este episodio de su vida. A lo que ella contestó que su esposo solo le pidió una cosa, que le prometiera que al salir del hospital seguiría con las terapias, ya que estando aún en este no tenía la mejor actitud al respecto. Su esposo le dijo que si ella no corregía su actitud al salir del hospital el no quería estar con una mujer que no era capaz de ser responsable por su salud y bienestar, y que se dejaba hundir por la pena y la depresión.

Ella comentó que ese fue un parteaguas para ella, porque ahí se dio cuenta de que estaba teniendo una actitud egoísta, al pensar solo en lo que ella sufría, y no tomar en cuenta como su situación afectaba a los que la rodeaban, y que hacían todo lo posible por apoyarla y ayudarle a superar la situación, pero no podían hacer nada respecto a las terapias, esas eran su responsabilidad, nadie podía hacerlas por ella, y tenía que corresponder al apoyo y cariño de todos no faltando a ninguna, cosas que hizo a pesar de lo difícil que fue en ciertos momentos.

Esto me hizo en pensar en como a veces cometemos el mismo error, y como fácilmente olvidamos como nuestras decisiones afectan a los demás. A nuestra pareja, nuestra familia, nuestros amigo y nuestro entorno cercano en general. Si bien somos libres de hacer lo que queramos con nuestra vida sin tener que rendir cuentas a nadie (o casi nadie) por ello, nuestras decisiones afectan, para bien o para mal, a los que nos rodean.

En esto se basan las intervenciones, cuando la familia y amigos se reúnen para hacerle ver a alguien que tiene un problema que tiene que enfrentar y resolver, y no en pocas ocasiones esto mismo es lo que impulsa a la gente a superar dichos problemas, el saber que no está solo(a) y que sus acciones también afectan a aquellos que más los quieren y se preocupan por ello.

Cuando uno no es capaz de salvarse por amor a sí mismo, a veces hacerlo por amor a los otros es la última opción, la última alternativa que nos queda antes del fondo del abismo. Si no lo hacemos por nosotros, hagámoslo por nuestros hijo, por nuestra pareja, por nuestra familia. Seamos menos egoístas con los demás y recordemos que nuestra acciones afectan a los demás aunque no nos demos cuenta.

Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.