Crónicas de lo cotidiano 028: "Tiempo de sirenas", por bonzopoe

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Hace tiempo pensé en escribir este post, pero las sirenas se fueron, y solo de repente una que otra asomaba la cabeza en el mar de mis días. Pero en fechas recientes las sirenas han vuelto, y tal vez en más cantidad que antes. Las escucho todo el tiempo, a todas horas, y a veces las veo pasar a un costado, o frente a mí.

En particular me afecta escucharlas acercarse. Lo hacen siempre lentamente, como si se ensañaran mostrando su protagonismo. El incremento en el volumen de su voz llega incluso a erizarme la piel, y no importa que este haciendo, después de escucharlas todo mi ser se agita por un tiempo, así como el espejo de la superficie de un lago se perturba al estrellarse en el una piedra.

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Las sirenas son la piedra que cae sobre mí cuando menos me lo espero, y convierten en un caos momentáneo mi cotidianidad. Ayer casi a media noche se detuvo una frente a casa, con sus luces en blanco y rojo girando a la par de su canto metálico, repetitivo y estridente, y cuando se fue no pude evitar preguntarme si se había ido con alguno de mis vecinos en su vientre.

A diferencie de las sirenas de la Odisea de Homero, a las que se enfrenta Ulises, estas sirenas, más que ser la perdición de marineros, pueden ser la salvación de quienes son motivo de su atención. Pero también son antesala a un futuro incierto, con un punto de partida en contra.

Dicen que con el tiempo uno se acostumbra a todo. Yo mismo, al vivir cerca de una esquina conflictiva, me he acostumbrado a los quemones de llanta, y al sonido de los accidentes menores de tránsito.

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Con el tiempo he aprendido a distinguir el sonido de un accidente serio, del de uno leve, pero no logro acostumbrarme al sonido de las sirenas, en buena parte porque en estos tiempos de Covid-19 ha cobrado un nuevo significado, al que por más que lo intento, no me logro habituar.

La pandemia, había rondado a mi familia, pero de lejos, como a muchos otros. Pero después de casi un año, las historias de casos son cada vez más cercanas. Hoy tengo a la pareja de una de mis hermanas internado, al igual que a la madre de un cuñado; ambos por neumonía a causa del Covid-19, los dos delicados pero estables por el momento.

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La lista de gente que se han llevado las sirenas es cada vez más grande, y muchos nunca regresaron, y otros tantos tampoco lo harán. No queda más que cuidarse, física y mentalmente, y como Ulises, ser fuertes y nunca perder la esperanza, que esta pandemia, este tiempo de sirenas, al igual que La Odisea de Homero, parece eterna, pero algún día se va a acabar.


©bonzopoe, 2021.


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Si llegaste hasta acá muchas gracias por leer este publicación y dedicarme un momento de tu tiempo. Hasta la próxima y recuerda que se vale dejar comentarios.


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2 comments
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¡Me engañaste! Creía que estaba leyendo un relato acerca de las criaturas de los mitos, y me estaba ya comiendo las uñas enganchada con la historia y la forma de narrar, hasta que de pronto todo dió un vuelco para transformarse en una historia cruda y real de toda esta situación que estamos viviendo mundialmente. Nos toca ser fuertes y cuidarnos, como bien dices. Tristemente a muchos les ha tocado vivir en la cercanía de dónde se producen los hechos y no la tienen nada fácil de olvidarse o superar esas cosas. Me agradó la publicación :)

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jajajajaja... siento mucho lo del engaño, no era mi intención, solo quería jugar con la dualidad del término sirena, y no ser tan obvio. Muchísimas gracias por tu comentario, y que bueno que a pesar del "engaño" te haya gustado la publicación.

Saludos desde México!

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