¡¡Hola mis queridos Hivers!!.

El día de hoy vengo a compartir con ustedes algo especial para mi, sin duda, un cambio tremendo.

Este pequeño peludo y con carita de angelito se llama "Lucas". Lo adopte el 21 de septiembre, y desde su llegada todo ha sido alegría en la casa. Sin embargo este fue un cambio aun mas significativo para el, ya que su vida previo al rescate era difícil.

LA VIDA DE LUCAS ANTES DE SER RESCATADO

Lucas fue siempre un perrito de casa, domestico. Era de los vecinos de una amiga (Una persona a la que podría sin duda, definir como un ser de luz. Fielmente animalista y no es la primera vez que adopta en su hogar animalitos de las calles que han sido abandonados). Dichos vecinos, cuya identidad desconozco, decidieron que simplemente ya no había lugar para Lucas en su hogar, así que lo echaron a la calle, sin más. Como una cosa que ha perdido su utilidad.

El pequeño, suavecito, dósil y de patitas cortas, JAMÁS había estado solo en las calles, así que estuvo merodeando por la urbanización y lloraba por las noches a ver si sus antiguos dueños tenían compasión, y lo dejaban entrar. Pasó muchas noches con lluvia, frió, y también el ferviente sol de medio día (vivo en un país tropical, por lo que el sol aquí es una locura).

Su pelo se puso reseco, perdió el brillo, y se caía por parches. Su piel estaba manchada por el sol, y tenia mucho miedo. Mi amiga intento acercarse un par de veces, pero el huía, arisco, temeroso.

Poco a poco fue conquistando al pequeño. Le ponía comida en el frente de la casa (la de ella, por supuesto) y el perrito se emocionaba y comía como si el mundo se fuera a acabar. De este modo se fue poniendo manso, y dejo que ella lo metiera a su casa. Fue allí donde mi amiga se dio cuenta que el pasado de este perrito tenia aún mas que contar...LUCAS tenia traumas, TRAUMAS de MALTRATO.

¿Como se dio cuenta mi amiga? Lucas casi podía hablar con sus ojos. Ante cualquier movimiento rápido, el salia disparado lejos de allí. Si iban a tomar la escoba para barrer, este corría hacia un rincón y empezaba a llorar, despavorido. Si lo iban a acariciar de repente se quedaba muy, muy quieto, a la expectativa. Era obediente, lo cual era bueno... pero era una obediencia antinatural, motivada por lo que se denotaba como mas que miedo, terror. Ella fue paciente, lo lleno de cariño y lo inyectó contra las garrapatas, se encariño mucho con el. Sus traumas seguían latentes, pero era un perro amoroso y tranquilo.

Sin embargo, la casa era pequeña, mi amiga tiene otros perros grandes, no podía conservarlo mucho tiempo. Me comento al respecto, por si yo quería tener al peludo. OBVIAMENTE DIJE QUE SI A TODO.

LA LLEGADA DE LUCAS A MI CASA

Lucas estaba nervioso. Cuando mi papá lo trajo, se quedo exactamente en el sitio donde el lo puso. Como un militar, obediente a la espera de permisos u ordenes. Esto me extraño un poco, ya que mis mascotas anteriores han sido anarquistas conmigo, siempre haciendo lo que les venia en gana. Noté que olía ha humedad y como si hubiera husmeado en la basura (mi amiga lo tuvo solo por unos días, así que no tenia espacio o tiempo par asearlo). Me di a la tarea de buscar agua, jabón y una toalla.

Me partió el corazón lo quieto que se quedaba mientras lo bañaba, tenia pánico en la mirada pero estaba TOTALMENTE INERTE DE PIE, así que trate de que fuera una experiencia grata para el. Puse tibia el agua y le hablaba con afecto mientras le aplicaba el agua y el jabón.

Aflojo un poco la tensión de su cuerpo, y empezó a disfrutarlo. Al terminar lo envolví en una toalla y lo puse en mis piernas mientras lo secaba. Lo deje allí en el mueble con su toalla encima y subí a hacer tarea. Al bajar seguía exactamente en el mismo lugar y posición. Este perrito me estaba alarmando, tuve que acercarme a el, acariciarlo y decirle "puedes bajar Lucas" para que el pequeño sintiera que tenia permiso, y así fue como bajo.

Lo enseñe a subir las escaleras (sus patas son cortas, así que íbamos lento), y lo lleve al balcón. Allí se asusto (no se del todo porqué) Y EMPEZÓ A CORRER POR TODOS LOS TECHOS DE MI CUADRA, DIOS MIO. SE ME IBA A SALIR EL CORAZÓN. Luego de tener aún mas miedo de caerse de una teja, regreso a mis brazos temblando.

Lo desparacité al día siguiente, se comía toda su comida y todas las mañanas al abrir la puerta el estaba allí, moviendo la colita.

Con el tiempo tenia que irme un fin de semana, y no podía dejarlo solo (es que Lucas es muy tontito, dejaba que los gatos se comieran su perrarina), así que me lo lleve a donde iba en un bolso. Luego de eso me di cuenta que es un perro magnifico, ya que me seguía a todas partes, demostrando que no necesita correa.

Al principio tenia problemas de apego. Si yo estaba en una habitación y salia de esta sin él, empezaba a aullar como loco. Tenia miedo de que lo abandonara, y fue difícil quitar o disminuir ese temor. Ha aprendido a confiar en que no me iré, y ya puede estar en la sala o la cocina mientras estoy en el cuarto.

Nos acompaña a mi novio y a mi a hacer las compras de los víveres. Y cuando vamos a salir camina a nuestro lado. Lucas es un perro excelente. Realmente he aprendido a amarlo mucho, porque se porta muy bien, y esta muy lleno de amor. No me dejo mas opción que darle el mismo cariño incondicional que me da.

Hoy en día Lucas es muy feliz. Tras casi dos meses de su adopción él corre por la casa, hace sus necesidades en el patio y es un compañero obediente y fiel.

Nunca sabemos cuanto significan nuestras pequeñas acciones para la vida de un perrito. Lucas es un perro adulto, pero de pequeña estatura. No quiero ni imaginar cuanto miedo debió sentir, ni cuanta hambre debió pasar antes de que mi amiga lo descubriera. Pero quiero que el no deba pasar nunca por nada así de nuevo mientras viva. Un perrito de la calle siempre tiene mucho que dar,solo debemos darle la oportunidad.

Recuerda que cada vez que "Compras" una mascota como un cachorro de raza, estas colaborando con la explotación canina y animal. Donde el ciclo de sufrimiento sin fin para las madres nunca termina. Siendo hacinadas en espacios pequeños y sin las condiciones aptas. No seas parte de este cruel mercado que explota la vida de seres inocentes que no pueden defenderse.

Indiferentemente del motivo jamás estaré de acuerdo con el abandono de una criatura que se supone,es parte de la familia. Las mascotas no son objetos o cosas, y en el momento que asumes una, su bienestar y su vida son tu responsabilidad. Si no tienes un espacio PERMANENTE y COMPROMETIDO para una mascota en tu vida, es mejor que no la compres/adoptes.

Los perros no son solo mascotas, son compañeros de vida que sienten, aman y también sufren. Ellos son incondicionales, y nosotros debemos estar a la altura de ese inexplicable amor.

_{Todas las imágenes son de mi autoría}