El COVID-19, aislamiento social, desequilibrio económico y paralización de las principales operaciones productivas del mundo, no detienen la naturaleza creativa que caracteriza a quienes les agrada disfrutar de la vida natural; debe ser por el enfoque dado a la situación. Personas como Mercedes, amiga, colega y comadre, le encanta despejar su mente o formatear la memoria que almacena las angustias, desesperación, dolor y cualquier elemento estigmatizador que perturbe su tranquilidad; mi compadre Joaquín, su esposo; disfruta bailar al compás del ritmo ecológico e igual sus hijos, entre ellos mi ahijado Joaquín Junior 😅

Durante una larga conversación, me contó cuando visitaron la ciudad de Aveiro en época de invierno, la Venecia de Portugal. Si vas a Aveiro debes disfrutar de sus bondades costeras, Mercedes hizo una excelente elección al pasar un fin de semana en Playa Praia da Barra, donde sus grandiosos bancos de arena, mar, bares y restaurantes te hacen olvidar cualquier virus alojado en tu memoria o subconsciente. Mientras caminaba por la orilla de la playa se encontró con esta linda escultura ecológica de un cocodrilo marino. 😊

Por las dimensiones se debió utilizar unos 2 m³ de arena, piedras ígneas (color negro), conchas, agua y un excepcional ingenio creativo para crear esta réplica de cocodrilo. 🐊



Detrás del reptil de arena les saludan con entusiasmo, los venezolanos Joaquín, Joaquín Junior y José. 🤗

Las fotografías fueron tomadas por Mercedes, con un equipo iPhone 8 Plus. Dimensiones 600 x 800 (pixeles).

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