2020 ha sido todo un temazo, como dicen por ahí. Por primera vez nos enfrentamos a una situación que nos obligó a cambiar nuestra rutina.

Se suspendieron las clases presenciales. Se trabajó a distancia. Dejamos atrás las fiestas y salidas, perdimos a familiares y amigos, en fin todo un gran suceso.

Al inicio de la cuarentena, todo marchaba bien. No sentía ningún pesar por estar en mi casa. Al contrario, lo disfruté. Pero, con el tiempo, el encierro me afectó y mucho.

De hecho desarrollé cierto estado de pánico que se activaba con ruidos extremos (alarmas, música muy alta). Situación que aún no está superada, pero voy en camino.

Por otro lado, mi situación económica se hizo más ruda, pero gracias a Dios siempre he podido conseguir algo de aquí y de allá. A veces, no soy muy optimista, pero es un tema de opciones y me toca optar por serlo.

Es muy difícil serlo cuando miras a tu alrededor y notas que falta la comida, se dañan los aires acondicionados en plena época de calor, la nevera y el freezer, la pc, no tienes internet y tu salud y la de los tuyos se desmejora cada vez más.

No soy del tipo de persona que se dedica a agradecer lo malo. Creo que lo malo no se agradece, porque caes en el conformismo y eso no es bueno. Sin embargo, creo que de los momentos malos Sí se aprende y es obligatorio hacerlo para no andar repitiendo errores por allí.

No obstante, aunque siento que 2020 ya debe irse. Lo siento, pero ese es mi deseo. Debo aceptar que durante todo este tiempo, el trabajo nunca me ha faltado. Recientemente, comencé en una nueva forma de obtener dinero y ha sido difícil adaptarme a ella, pero, poco a poco, he ido haciéndolo.

Se me ha hecho un poco pesado, pero tengo la confianza de avanzar y prosperar ¡Que así sea! Con el pago de ese trabajo, pues he podido solventar pequeñas cosas en casa y eso, definitivamente, es algo bueno. Así que, 2020, gracias por eso.

Otra cosa que quiero comentar es que nunca me ha faltado el apoyo incondicional de la gente que quiero: mi familia y mis amigos. Ellos han sido de bastante ayuda para mí.

Algunos me han hecho llorar con sus regaños, otros reflexionar con sus palabras y comprender que no todo es malo. A todo ellos mis más sinceras palabras de agradecimiento por aguantarme y escucharme.

Por último, 2020 me ha hecho reinventarme como bloguera, pues después de un buen tiempo de ir en picada con mis publicaciones, he tenido un repunte gracias a la creación de** poemas**. Una faceta jamás explorada por mí y ahora le agarré gusto.
En estos días he estado inactiva, pero ya volveré con todo y mi musa a regalarles mis poemas...

¡Ah! Se me olvidaba, este año me dieron una Tablets Canaima, no es última generación, pero me ha servido para resolver un par de cosas.

¿Qué cosas buenas me deja el 2020?

Fuertes lazos amistosos, la seguridad de contar con mi familia, la certeza de que pese a que las cosas vayan mal, siempre cuando cambie mi actitud, podré salir de ellas.

Dicho esto, me despido de ustedes, no sin antes, agradecer este tipo de iniciativas que nos ayudan a escudriñar en nuestros corazones y descubrir la belleza de esas cosas pequeñas que hacen de nuestra vida una gran vida. Por ejemplo, en mi caso, he descubierto que mi mala actitud también afecta mi vida y que, siempre, siempre, debería decidirme por el lado positivo de la vida.

¡A todos ustedes les dejo un fuerte abrazo!

Invito a @beatriche y @amandaj

_{La imagen de portada fue creada con una imagen gratuita de Pixabay. La foto pertenece a mi galería personal. Los separadores fueron hecho por mí en powerpoint.}