El Padre más importante entre todos los padres de la tierra.

San José tuvo el honor más grande que ser humano haya tenido: ser el esposo de la Virgen María y el padre putativo de Jesús. Además, se presume que murió en la presencia y en los brazos de ambos.

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     Poco se habla en las Sagradas Escrituras de San José, pero su magna importancia es relevante en la Historia de la Salvación. En la Biblia, los capítulos donde se resalta su figura, nos hablan, en primer lugar, que era descendiente del rey David y, en segundo lugar, que era el padre putativo de Jesús. En el Evangelio de San Mateo se hace mención al destello de bondad que tuvo para con su esposa, la Virgen María, dice el evangelista que él pensó en repudiarla en secreto en vista que ellos como pareja no habían consumado su unión conyugal y él se entera que ella estaba embarazada ¡Cómo pudo ocurrir eso! Sin embargo, él jamás pensó en denunciar la "supuesta infidelidad" ante las autoridades de la época, ya que María podía ser lapidada por “adúltera”. El Evangelio de San Mateo 1:19, dice: como era realmente bueno y no quería denunciarla, determinó repudiarla en secreto Ante esa situación, tan incómoda para San José, el evangelista asegura que “un ángel se le apareció en sueños y le reveló que el hijo que María tenía en su seno había sido concebido por obra del Espíritu Santo.” Esa revelación tranquiliza a San José y me imagino que le da gracias a Dios por revelarle la buena nueva y por liberarlo de la angustia y de la presión interna que oprimía su corazón.

     Luego del nacimiento de Jesús en Belén de Judá, vuelve aparecer la figura de San José al ser avisado de nuevo por un ángel que le indica que tome al Niño Jesús y a la Virgen María y los lleve a Egipto para huir de la furia del rey de Judea, Herodes el grande. Luego que muere Herodes se vuelve a hacer referencia al padre putativo de Jesús, ya que, en una nueva revelación, el ángel de Dios se le aparece y le dice que regrese a su pueblo, pero San José, por miedo al sucesor de Herodes el grande, no regresa a Belén, sino que traslada a su familia a Nazaret de Galilea, por esa razón cuando se refieren a la figura excelsa de Jesús se le acompaña con el nombre del lugar donde residía, Nazaret.

     Los evangelios citan por última vez a San José en el episodio narrado por San Lucas en el que Jesús se perdió durante una visita a Jerusalén y fue hallado por sus padres en el templo, discutiendo con los doctores.

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     A modo de reflexión: En una sociedad donde el padre es la figura dominante en la familia, es lógico pensar que San José, además de ser un hombre bendecido enormemente por el Creador, tuvo gran influencia en su hijo y en la madre, él tuvo la santa responsabilidad de protegerlos y procurarles un hogar digno la Sagrada Familia de Nazaret, alimentos, vestido y educación. Fueron San José y su mujer, la Virgen María, tan importantes para Dios que les encomendó la misión más sagrada, excelsa y sublime de toda la historia del universo, ser los padres humanos de su propio hijo. San José tuvo el honor de educar a Jesús, de ser el padre que su Padre verdadero escogió para que cuidara al niño, que el pueblo llamara a Jesús el hijo del carpintero, el honor de ser obedecido por Jesús y presumiblemente haber recibido el honor mas grande que ser humano haya tenido: morir en los brazos de Jesús y de María.

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¡Todo Honor y toda Gloria sea para Dios y para nuestro Señor Jesucristo! pero nuestro respeto, veneración y agradecimiento eterno, además a nuestra Madre, la Virgen María, sea también para nuestro Padre amado, San José, quien encarna las virtudes prudencia, fortaleza, templanza y justicia, además de los valores valentía, honestidad, amor al trabajo, a la familia, al prójimo y por su fe inquebrantable a Dios Padre Todopoderoso, Eterno y Supremo.

Antigua Oración a San José.

Oh San José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos. Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi agradecimiento y homenaje. Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro. ¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mi! Amén.

Autor:@marcosmilano71



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