Mi piel sufre calores desquiciante
con solo mirarme, me haces cambiante,
con los movimientos de tus labios hechicero
alumbras mi sonrisa y mi sendero,
floreciendo mi interior de ser humano
dejando que me regocijes mi buen Arcano,
cayendo esplendorosa en pleno ocaso
durmiendo en silencio en tu viril maso.

Buscando mi sitio de paz
donde tu mirada puede ser capaz,
de encontrarme atrevida
vagando en la fuente vivida,
en la última llama del crepúsculo
mi existencia mortal en disimulo,
le roba la calma a la piadosa golondrina
forjando la esperanza divina.

No basta vivir rodeada de ilusiones
sin concretar todas tus emociones,
con el alma gentil de aquel samaritano
que te hace sentir con su mirada, el sueño pagano,
estremeciendo el vasto silencio de mi corazón
fijando los profundos cimientos de pasión,
insinuado con pinceladas de amor
tiembla la bravura con tonos de fulgor.

Gime el viento en el tono frenético
llamando atrevido el golpe tétrico,
que arranca la mirada, al invierno de mi lecho
dejando la exquisita fragancia en su pecho,
invocando paisajes piadosos desnudos
que vagan en mi mente sin tapujos,
precisando las ganas del buen madero
apagando las luces de mi sepulturero.

Ya no me acuerdo de la hermosa primavera
en los sueños azules de mi quimera,
sacudo mis alas serena y fragante
para convertirme en tu buen amante,
mi jaula sonora ansia la mirada y el alma
de su pájaro azul lleno de calma,
con el repique estruendo de la campana
realza el atrevimiento de la vida vana.

La voz sutil de mi canto
conducen el sol hacia mi manto,
con solemnes miradas y melodias en mis labios
descansa el delirio en los brazos mios,
suspirando el céfiro con mi amorio
sin tomar ningun desvio,
hacia la sensación secreta
de mi mejor faceta.

En la noche cariñosa
me pongo glamorosa,
conmoviendo la esperanza punzadora
y volviéndome la alondra consoladora,
antes que caiga el primer lucero
llena de gloria y esmero,
bajo la luna con un ritmo ligero
diciéndole en el oído cuanto te quiero.

La vida volvió a bendecirme
con tu mirada quieta y firme,
acabando con mi agonía
que pensaba que ningún día,
mi alma volvería a la ilusión
y entonar su mejor canción,
concretando el duelo sinfonía
que acabaron con la pena mía

Tu mirada traviesa, volcó mi alma
temblando sutil en mi palma,
suavizando mi vuelo mágico
elevando tu pudor safrico,
que surco mi jardín marchito
convirtiéndose en mi mejor mito,
fatigando mis penas en tu ladera
quedando como una quinceañera.