Hoy el día comenzó desde bien temprano puesto que la planificación dictaba realizar a primera hora algunas compras para surtir la dispensa del hogar. Para esto debía trasladarme al centro de la ciudad que está ubicado aproximadamente a 20 kilómetros en dirección sur, por lo que es importante ubicar el transporte antes que salgan la mayoría de las personas que se dirigen a sus sitios de trabajo.

¡Las bendiciones están por todos lados, así que no me esquivan en ningún momento!

Un vecino que salía hacia la ciudad me dió el aventón hasta escasas dos cuadras del sitio donde acostumbro ir a comprar alimentos. Cuando logro reunir el dinero suficiente realizó toda la travesía para llegar a la "cooperativa", un centro de distribución de alimentos al mayor y detal con gran variedad de productos, verduras, hortalizas, víveres, alimentos para mascotas, entre otros, pero que también cuentan con ofertas en sus precios lo cual es importante para rendir el dinero dispuesto para la ocasión.

De regreso sobre mi brazo derecho cargaba una bolsa de 12 kilogramos de verduras y sobre el izquierdo tal vez 7 kilogramos más de víveres. Lo cierto del caso es que venía bien pesado y todavía faltaba un buen tramo para alcanzar la parada de los buses. Era inevitable parar a cada instante para tomar un respiro y también para que pudiera circular un poco la sangre entre mis dedos.

La esquina del recuerdo

Un fresco árbol en la esquina de la calle 37 con avenida "libertador" en la ciudad de Barquisimeto - Venezuela sirvió para tomar un breve descanso, este me permitió viajar en pensamiento hasta el año 2001 a una escena en particular. Un grupo de jóvenes comenzando el trayecto inicial luego de ser seleccionados para cursar estudios superiores en la Universidad más importante del centro-occidente del país, "UCLA". Allí me encontraba con otros 27 jóvenes cargado de espectativas, interrogantes, sueños y más. En el mismo espacio - tiempo se encontraba @adolfom, un personaje que sin saberlo se iba a convertir en un ejemplo, gran compañero de lucha y de grandes anécdotas de vida.

Adolfo R. Creció en la urbanización "Gran mariscal de Sucre", popularmente "La Sucre" y casualmente estaba ubicado en la esquina puerta de entrada a su urbanización. Así que decidí hacer una fotografía para enviársela a mi viejo amigo ahora mismo residenciado en Lima, capital de Perú.

Hace algunos años tomamos caminos diferentes, el apostó por emigrar y yo me quedé acá en Venezuela. Ahora mismo los dos librando la misma lucha en contra del sistema que intenta someter a la humanidad.

Por supuesto, mi amigo identificó al instante el sitio que mostraba el retrato y pues tal vez la nostalgia tocó su puerta para exclamar "Sabrá Dios si volveré a estar por esos lados nuevamente", luego preguntó sobre la fecha de captura para finalizar con un "Buena foto". Luego lo enteré de que estaba recién salida del horno, apenas segundos de haberla tomado.

Mi intención fue darle un regalo a través de esa imagen, estoy seguro le trajo muy buenos recuerdos quizás acompañado de unos cuántos amargos, pero que sin duda el saldo es positivo. Al llegar a casa me dispuse a trabajar la imagen con algo de edición aprendido en este andar en Hive y escribir unas breves líneas para completar este pequeño homenaje para hacerle saber desde la distancia que lo considero como un buen amigo y que deseo que algún día los rumbos vuelvan a coincidir para seguir compartiendo en medio de una buena partida de dominó sin que falten un par de cervezas bien frias.

"La Sucre"