La educación de los niños / Por encima del bien y del mal

La vida no para de generar noticias, diariamente estamos expuestos a cada acontecimiento que ocurre a nuestro alrededor. Por un lado están las novedades cotidianas que resultan sin valor para muchos y por el otro las que saltan la rutina diaria, que en las mayorías de los casos no son esperadas por las personas. Por lo general tendemos a identificarnos con las segundas.

A menudo acostumbramos a calificar solo lo "relevante", acontecimientos "extraordinarios", lo cual promueve en nosotros una actitud poco agradecida con la vida que se nos ha otorgado como regalo por la gracia universal.

El simple hecho de amanecer con vida día tras día, gozar de buena salud, tener al lado la familia que, más que bien, sirve de apoyo en momentos de apuro, los amigos que te desean un buen día cada mañana y así, una cantidad infinita de bendiciones que están allí para nosotros, pero que están ubicadas en la categoría de lo corriente pero, es lo más valioso que podemos tener.

Por tanto, debemos hacer atención en la educación familiar haciendo énfasis en los niños. Estos deben reconocer el valor intrínseco que tiene lo cotidiano, sobretodo cuando se toma consciencia de que no es posible cumplir las metas si no estamos con vida, es casi improbable obtener victorias si no contamos con un organismo saludable, sin contar a familiares y conocidos que sin duda son soporte fundamental para lograr los objetivos de cualquier persona. En suma, lograr que nuestros hijos gozen tanto de salud física como espiritual.

Un ser acostumbrado a solo fijar su atención a los informes "importantes" que ocurren a su alrededor, celebrará con fascinación las victorias alcanzadas pero en momentos de apremio sentirá que su vida es un completo desastre. Más aún, implacable castigo celestial si se unen dos o tres "fracasos" seguidos.

Cómo he dicho en publicaciones anteriores lo más importante es que reconozcamos la vida como lo más importante, eso nos hará conscientes para escapar de la identificación de esta realidad 3D. Finalmente obtener la virtud de no calificar, ni a nosotros, ni las cosas que están a nuestro alrededor. En ese instante seremos capaces de estar por encima del bien y del mal.