El arribo a la Panchera

Hace 2 semanas aproximadamente emprendí un viaje que me llevó a un sitio bastante alejado de la ciudad, lejos del ajetreo, los ruidos punzantes y los olores invasivos a los que por lo general estás expuesto dentro de cualquier urbe. Así que un sinfín de actividades bien planificadas estaban a la espera de ser puestas en práctica para en primera instancia hacer contacto directo con la madre naturaleza y al mismo tiempo buscar diversificar la actividad productiva de un equipo de trabajo que recién comienza a juntar esfuerzo para favorecer directamente a dos núcleos familiares e indirectamente a una población azotada por la mala praxis del sistema económico - productivo mundial.

Así fue entonces que, el buen amigo Rafael, su hijo Ángel y yo salimos bien temprano en dirección a "La Panchera" caserío ubicado al norte del estado Lara en Venezuela. Teníamos a nuestro favor la noticia sobre un productor de la zona que vino a vender su cosecha de tomates a la ciudad, por tanto aprovechamos el "aventón" y ahorramos los múltiples transbordos que se necesitan para arribar al pueblo en cuestión.

A pocos kilómetros luego de partir realizamos una parada para comprar algunos insumos y equipar. En la imagen pueden observar el particular clima árido de estas tierras, una característica marcada es la escasez de agua y dónde es posible realizar una perforación el vital líquido es salobre, es decir los niveles de salinidad son menor que el agua de mar pero aún así no es apto para el consumo humano. A menos que sea tratada.

A pesar de ello, ¿Pueden notar lo hermoso de estos paisajes?

Aquí comenzó la escalada, la montañas y las nubes compañeras íntimas ¡ahí muy cerca del cielo!

El verde brillante de los picos, reflejo del sol, no se ocultó ante la llegada de un pequeño grupo de forasteros. Mas sin embargo, estoy seguro que la Pachamama nos esperaba con su majestuosidad y se colocó el mejor traje para la recepción en primer orden de nuestros sueños.

Las personas con quien viajabamos nos trataron muy bien durante el recorrido, digno de personas con valores forjados en familias campesinas, acostumbradas en todo momento a tender la mano al que necesita sin exigir nada a cambio. Son personas que actuan con principios de abundancia y que siempre somprenden positivamente a los visitantes con hábitos citadinos que por lo general expone la tesis del "sálvese quien pueda".

La paradas fueron varias motivado a que bajan del pueblo una vez al mes, lo cual implica realizar todas las diligencias necesarias para no quedar sin provisiones más que todo en los implementos para desarrollar la agricultura.

No dejaron cerca de nuestro destino, sin embargo tuvimos que hacer una caminata de aproximadamente 45 minutos para poder ver de frente la "casita" que nos abrigaria en los 7 días subsiguientes.

Fue un día largo de varias aventuras y que nos dejó lecciones importantes siendo apenas el primer día de esta travesía "ecoproductiva". Los dejo con la despedida del astro rey y su atardecer visto desde el lente de la cámara de mi smartphone.

Continuará...

Eso es todo por ahora, amigos. Deseando que podamos encontrarnos de nuevo por este medio. Sin más preámbulos, un saludo respetuoso y fraterno.

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