Yo creo que esto no es lo que parece. Yo creo que esto es lo que ustedes debieron ver. Creo que esto negro es la verdad con los ojos cerrados, y que esto blanco que salpica lo negro es otra mala intención; porque las malas intenciones no es que se disfracen de blancas, es que son blancas, y son así para que puedan verse. Se ven, por ejemplo, en estas imágenes, las blancas intenciones de los hombres que hacen de corderos, y las de las mujereas que fingen no querer, pero ya le han dicho que sí, en su mente, a su depredador; se ven las blancas intenciones de las ovejas blancas que saltan en los sueños de un negro, y de las ovejas negras que saltan en los sueños de un blanco. Se ven todas, porque ante el fuego, todas arden con el mismo furor, todas se queman en alguna parte, todas tienen su lado de ceniza; ninguna, buena o mala escapa del fuego con que fueron creadas.

Yo creo, para resumirles las cartas, que estas son todas las malas intenciones de ustedes, y si estoy errado díganme ¿por qué llegaron al infierno achicharrados? Les respondo; porque pensaron que llegando así, no recibirían el fuego eterno, pero yo les digo, los sentencio a renacer, a retoñar y a ser quemados mil veces por ustedes mismos en la tierra. Podéis ir en paz. Y si alguna vez les da por volver no vengan disfrazados de madera. FIN.