Entre mis memorias. (Poema dedicado a mi madre)

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Este poema nace de esa deuda que uno como hijo mantiene para el resto de sus días, todos aquellos momentos, buenos o malos que fueron formando y moldeando caracter y pensamiento y que de una u otra forma hoy nos sirven de guía para levantar la familia. Mi madre nos dejó en el año 2013, aun con ganas de seguir batallando y viendo crecer a sus nietos y de mantener la unión de sus cuatro hijos, en una lucha solitaria luego de perder a mi padre en una tragedia. Para ese entonces yo tenía dos años de edad. Hoy trato de inmortalizar su batalla, que es, la de muchas mujeres, con estas letras rememoro esos momentos que quedaron sellados en la memoria.

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Entre mis memorias

Mi madre anda entre mis memorias,
arrullando los días de mi tiempo,
impertérrita, Ella cuela el café,
espera que mis hermanos lleguen con sus desventuras
a tejer su quietud con problemas.

Ella anda por el patio barriendo hojas,
soñando con las batallas libradas,
con aquellas angustias que un día partieron
su vida y le abrió otros horizontes.

Camina entre sus plantas mientras huele la yerbabuena,
el limonero que alfombra la tierra con sus frutos;
así va recogiendo sus sueños,
mientras alimenta a las gallinas.

En el patio anda con sus recuerdos,
rastrillando hojas que van marcando su rutina,
las va acumulando en un rincón donde la oscuridad
es una mancha por donde emerge su sombra,
su presencia etérea,
trayendo la sorpresa,
nos deja como voces sin cuerpo,
sin lágrimas, con el aliento cortado por el calor.
Las voces se visten de historias y nos damos cuenta
que ya no somos muchos en la familia.

Que esas historias delatan la ausencia,
la sonrisa que nos dejaba
cuando el café evaporaba las tardes
y el tañido del rastrillo arrullaba el sofoco del viento,
este nunca se atrevía a levantar las hojas
que el fuego iba diluyendo en cenizas.

El patio aún sigue pintándola,
Ahora, quizá otros vean como vestía sus sueños,
aquellos que no pudo realizar,
pero sirvieron como potro para seguir los caminos de la vida,
los que levantaron sus esperanzas,

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su sonrisa,
sus llantos,
sus sentimientos,
los que ella dormía cuando iba a su descanso nocturno,
dejaba que saltaran entre sus sábanas,
porque eso le aliviaba los dolores,
no los que maltrataban sus huesos,
sino los que corroían sus angustias,
le brindaban insomnios, restándole felicidades.

Ella sabía que llegaría el descanso,
por eso dejó esa sonrisa asomada en la última ventana
por donde miró desfilar la familia y los amigos,
la sonrisa que nos dejó como un sueño cumplido,
esa ventana por donde ya no miraría nuestras angustias,
ni los cuentos atesorados de infortunios;
pero ya no tenemos un patio para recoger las hojas,
para mirar su imagen regando sus plantas,
la yerbabuena, el romero,
los arboles de tamarindo acaparando la sombra de las tardes,
con un sol curioso colándose por cada resquicio del cielo
para verla como el tiempo bailaba a su lado,
dándole fortaleza con ese amor de mujer batalladora.

Ahora el patio es una danza de recuerdos,
nostalgias que se van deshojando,
cubriendo la tierra
donde otros rastrillos barren sueños.
Ya su sombra se quedó sin casa, sin familia.
Ahora es nuestra mirada en el horizonte,
en las figuras que las nubes van esculpiendo,
ahora esperamos que el viento traiga sus brazos,
nos reconforte las tardes,
que su recuerdo nos abrace hasta el final de nuestro aliento.

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La fotografía de portada forma parte de mi album familiar y fue editada con PhotoScape.
los separadores fueron tomados de: Gráficos de pngtree.com



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2 comments
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desgarrador, trepidante, romántico y también es a su vez un hermoso homenaje, con metáforas exquisitas que hablan de tu historia y se asemeja a la que podemos experimentar otros, encantado siempre de leerte y disfrutar la forma como me cuentas tu estirpe, tus vivencias y perspectiva y yo la hago mía al compararla con lo que he vivido... Excelentísimo como siempre, profe. Un abrazo y que Dios me lo bendiga.

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Gracias @miguelmederico, uno se va entregando poco a poco con cada poema, armando una historia con trozos de vida, es grato saludarle, un fuerte abrazo.

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