Seducción en el bar

El caballero sonríe, y con gentileza me guía hasta su mesa, una vez ahí, ordena nuevas bebidas y sin soltar mi mano, comienza a trazar círculos pequeños sobre la palma...

Lo veo de cerca y puedo notar, unas pequeñas marcas alrededor de sus ojos, unas incipientes canas que le dan un toque interesante a su semblante y cada vez que sonríe, un pícaro hoyuelo, se forma en su mejilla derecha...

Se acerca un poco a mi oído y susurra...

-Eres la mujer más hermosa en este bar, gracias por aceptar mi compañía...

Al tenerlo tan cerca, no puedo evitarlo, acerco mis labios a su mejilla, y dejó dibujada en ella un beso rojo carmesí...al tiempo que le agradezco el piropo...

Las bebidas llegan, y sin más palabras, paladeamos tan exquisitos bouquets...

Todo a nuestro alrededor es alegría y bullicio, pero nuestras miradas se pierden una en la otra, de pronto, la música cambia, una balada conocida suena, "Lady in red", se levanta y tomándome de la cintura, comienza a moverse al ritmo de la música...

Me aprieta a su cuerpo, puedo sentir la firmeza de su pecho, el calor de su mano sobre mi espalda y nuestros cuerpos meciéndose al compás de la melodía...

Cierro los ojos y siento su respiración en mi cuello, sus labios me acarician tan sutilmente, que me erizan toda la piel...

-¡¡¡Hueles riquísimo!!! -Dice en mi oído...

Me acerco más a su cuerpo y un gemido escapa de sus labios, aunque estamos rodeados de gente, nadie nos presta atención, termina la melodía y no volvemos a la mesa, abrazados, atravesamos el bar, salimos por una puerta lateral y entramos a un gran lobby, caminamos directo al elevador...

El piso 9 es nuestro destino, a lo largo del pasillo el ruido de mis tacones indica la premura por llegar... frente a la puerta con el número 919, el taconeo cesa, desliza la tarjeta y el click de la puerta nos permite el acceso...

Entramos, discretamente, coloca la tarjeta de "No molestar" y cierra la puerta...me observa descaradamente, puedo sentir su mirada en mi espalda, camino lentamente, la alfombra amortigua el sonido de mis tacones, llego hasta el borde de la cama, que se encuentra cubierta por miles de pétalos de rosas rojas, sobre un fondo de sábanas blancas, y a un lado, una cubitera con una botella de champán y un par de copas...

Me doy la vuelta y lo veo, recargado sobre un pequeño peinador, con los brazos cruzados y una amplia sonrisa sobre su rostro...

-Pareces el gato que atrapó al ratón... -digo sonriente...