El destino

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El destino es el prefijo que tomamos como el fin de un recorrido, sea de la manera que fuere como interpretación personal del Ser.

Desde este precepto intento filosofar si es real o no un punto final, al cual denominamos destino, pues si voy al extremo existencial destino es presunción de final.

Como todo Ser racional creemos que todo acaba con el soplo final y la realidad es inexacto afirmar que así sea y es imposible de aseverar que continuaremos, ante la paradoja de convalidar un término incierto, creo que deberíamos repensar realmente hacia dónde vamos o fijarnos la idea del tránsito sin destino y sin fronteras, pues nos han encasillado en la búsqueda de un fin.

La religión se basa en la búsqueda de traspasar ese portal imaginario de la no existencia de un punto final y trasladar el destino a otra vida no terrenal, junto a un Dios, creador de un purgatorio llamado vida, y en ese punto incongruente colmado de pasiones y decisiones morales y espirituales, nace la pregunta, ¿vale venir a sufrir y ser juzgados por haber intentado vivir?

Si realmente existiera la igualdad de derechos y oportunidades para lograr el cometido de que el destino final sea solo un ápice derivado de la existencia cualitativa e igualitaria entre nosotros, veo con cierta empatía el poder continuar existencial-mente.

Arbitrariamente ante el concepto de poner como termino final o destino a lo logrado o lo negado, sea como fuere, tendríamos que establecer que solo es un paso más, camino al crecimiento mental y espiritual de los seres humanos, aunque si viéramos con atención a los otros reinos que nos rodean, ejemplo el reino animal, pues carece de culpa y no se establece destino, vive y se desarrolla tanto sea en libertad o encerrados, entonces el Ser está sujeto a la culpa como punto sistemático y por ende, desarrolla puntos finales aleatorios a la necesidad de existir.

Hoy me desperté pensando que el dormir era parte final de un día agotador y a la vez el inicio de un descanso necesario, pero realmente no fue un final y un inicio, porque dentro de la cantidad de años que llevo en este plano, no puedo creer que tantos principios y finales me cambiaran en algo.

Volviendo al destino como punto de reflexión, aclaro que también estuve de acuerdo por mucho tiempo que destino es el ahora, el preciso instante que transitamos y dimos por llamar presente.

Con este pensamiento anulamos el futuro, porque constantemente estamos en el presente, y este presente es culposo, pues es el momento exacto donde la vida se expresa en todos los sentidos.

La reflexión final es por qué nos involucramos más con el sufrir y el dolor, por qué padecemos por amor, o por la pérdida de otros seres y debemos lograr la resignación, pues nos queda camino para lograr nuestro destino, y creo que ahí radica el porqué no podemos ir tras un destino y debemos dejar ir el instante inmediato donde el presente deja de existir y se comprende como el ayer

porque estamos sujetos más en lo que nos frena, que en lo que nos empuja o nos eleva.


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