VIEJAS VIOLENCIAS (Cuento) by @palabreador

      Itzae atraviesa la calle. Sus pasos son lentos. "Muévete, vieja", grita un chófer de autobús. Itzae apura el paso, pero su mejor esfuerzo no es suficiente. "Maldita vieja", grita un motorizado que pasa muy cerca. La ciudad sucumbe a la tarde. Rostros apurados van y vienen sin mirar. Una niña, tomada de la mano por su madre, detalla a Itzae. La madre la reprime, "¿Qué miras?". La hala y la acerca a su cuerpo mientras acelera el paso. Itzae se acerca a la puerta de la panadería. "Vieja, ¿qué haces aquí? Fuera!", exclama un vigilante gordo y despeinado. El ruido estalla por todas partes. Motos, autos, buses, sirenas, gritos. Itzae continúa su marcha. Sus pies apenas se levantan. Está descalza. Siempre ha estado descalza. Sus pies indígenas no conocen zapatos. Pero, el asfalto quema como nunca la quemó la arena de su infancia y de su adultez. El ruido amaina y la noche se hace más sigilosa. "Hola, vieja! La india perdió su mula", dice un joven en una esquina, acompañado de otros. Las risas hieren. Itzae se detiene en un bote de basura. Hurga. Un trozo de pan relleno con queso y abandonado a la mitad, será su cena. Guarda el pan en una bolsa plástica y continúa. Entra a un angosto callejón con una luz tenue que sale de un viejo poste. Un perro de color marrón, de uñas largas y sucio, sale a su encuentro. Mueve la cola, lame la mano de Itzae, salta en dos patas. Itzae lo acaricia. Cansada, se sienta sobre un viejo cajón de madera. "Hola", le dice al perro. El animal se acerca, lame su rostro. Ella lo abraza. La noche avanza. Allí, sentada, Itzae cae extenuada. Su perro está echado a sus pies. Ambos, duermen. Pasan las horas. Amanece. Los ruidos de la calle vuelven. Motos, vehículos, buses, claxons. Un policía que pasa por el callejón observa a Itzae. "Estos indios!", dice. Se acerca, le da con sus zapatos en los pies. "India, levántate. Qué vaga es esta gente!". La detalla. Se acerca. Itzae está muerta. A su lado, el perro lame una de sus manos. Un chófer de autobús grita a una anciana que cruza la calle. Un motorizado lo imita. Una madre, con su niña tomada de la mano, acelera el paso.