POEMA DE UN NIÑO SOÑADOR

(En homenaje a Antonio José de Sucre)

I

En las aguas de mi río
hay sirenas que danzan conmigo
cada vez que me baño.
Me llaman por mi nombre, “Antonio José”.
Los adultos se persignan cuando les cuento
y me dicen que no me bañe más en él.
Si supieran! Las sirenas me llevan a pasear
por un mundo de niños a caballo.
Niños de todos los colores
que juegan sin pelear.

II

En las noches, la brisa fresca trae
el sonar de las olas y el olor del mar.
De vez en cuando, todo se pone al revés:
las estrellas marinas brillan y
su reflejo adorna a un cielo
que deslumbra, mientras
los niños a caballo
galopan en el mar.

III

Hace unos días, soñé con un ángel
color canela. “Gran Mariscal,
Gran Mariscal”, me decía.
Yo no entendía nada.
“Vengo del futuro. Así te dicen”,
dijo y sonrió. Yo también reí.
Un adulto cercano dijo:
“Otra vez Antonio José
alborotando el tiempo!”

IV

Me gusta soñar.
Sueño con ángeles sin alas que caminan
por las calles tocando a la gente que
está molesta.
Cuando los tocan, una sonrisa les
brota, tranquilita, de sus labios.
Ayer, un guacamayo me invitó a volar.
Me asusté y le dije “¿Cómo? Si no tengo alas”.
“Vuela, Gran Mariscal. Vuela conmigo”.
Me tomé de su cola
y volamos entre montañas
altísimas llenando de colores al cielo.
Me gusta soñar.

Fuente
Fuente
Fuente
Fuente