Hoy en la mañana realicé el recorrido matutino a mi jardín. Siguen las actividades de riego para asegurar la humedad en el jardín. De esa humedad dependen los ciclos y procesos vitales de los cohabitantes de mi jardín e incluso de los visitantes. Han empezado a visitar mi espacio vital muchos insectos. Los atraen, en algunos casos, el colorido del jardín por las flores y frutos que cada día dan testimonio del Milagro de la Vida. En otros casos son las nuevas hojas las que atraen a algunos insectos. El color verde está en mi jardín en muchas tonalidades, va a depender del nivel de desarrollo del follaje o si son nuevas yemas o nuevos brotes e incluso si son hojas que ya cumplieron su ciclo vital. En la tarde de hoy cuando estaba con mis nietas y mi nieto conversando, pude mirar como varias polillas revoloteaban por todas las plantas del jardín. Parecía que estaban buscando algo y pudiera asegurar que estaban seleccionando la mejor locación para dedicarse a plenitud al proceso biológico del apareamiento. En verdad que le perdí la pista porque estaba conversando con las niñas y fue mi nieto Rubén Rayniero Rahid quien me dijo que fuese a ver a unas polillas azules que estaban juntas. Teléfono en mano me fui y al llegar al sitio pude darme cuenta que mi jardín estaba cumpliendo una función ecológica en ese momento. Mi jardín era el refugio de apareamiento de esas hermosas polillas.